Después de la detención del párroco de Arroyomolinos, sacerdote de esta diócesis, y de las informaciones aparecidas en distintos medios de comunicación, y teniendo en cuenta que el asunto está bajo secreto judicial este obispado manifiesta:
1º. Que, desconociendo aún los motivos por los que es acusado, expresamos nuestra profunda consternación porque un sacerdote haya podido cometer algún delito, sea del carácter que sea, cuando se espera de él una conducta ejemplar conforme al Evangelio que predica.
2º. Ofrecemos nuestra completa disposición a colaborar con la justicia en lo que sea necesario y en las formas que esta estime oportunas.
3º. Aunque el sacerdote acusado goza de la presunción de inocencia, hasta prueba contraria, pensando en el bien del Pueblo de Dios, y por la resonancia social que el hecho ya está teniendo, y para salvaguardar todos los derechos, este obispado ha procedido a limitar de forma cautelar el ejercicio de su ministerio, apartándolo del mismo, hasta la conclusión del proceso judicial.
4º. La parroquia de Arroyomolinos seguirá siendo atendida provisionalmente por el Vicario de Pastoral y en breve se nombrará un sacerdote que desempeñará el cargo de administrador parroquial.