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Lunes, 06 junio 2016 15:26

El cardenal Cañizares a los parlamentarios que promueven su reprobación en las Cortes Valencianas: «Nada de lo que ustedes afirman sobre mí es cierto»

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha remitido una «carta abierta» al grupo parlamentario socialista en las Cortes Valencianas, que ha promovido una declaración institucional en reprobación contra él en el parlamento autonómico, en la que les indica que «nada de lo que ustedes afirman sobre mí es cierto».

La carta está dirigida a Manuel Mata Gómez, Síndic del Grupo Socialista, y a Rosa de Falastín Mustafá Ávila, diputada del mismo grupo, que presentaron en rueda de prensa el pasado miércoles esta propuesta de «declaración institucional en reprobación de las manifestaciones contrarias a las leyes de igualdad de género y el colectivo LGTBI realizadas por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares», como indica el texto del grupo socialista que será votado en las Cortes Valencianas en los próximos días.

Entre otras cuestiones, el titular de la archidiócesis de Valencia se refiere a las afirmaciones que hicieron en la rueda de prensa, cuando fue acusado por ambos parlamentarios de «ser el líder de la oposición; estar realizando un permanente llamamiento a la insumisión en contra de las leyes de violencia de género; estar en contra de la igualdad entre hombres y mujeres; dirigir 'como títeres´ algunas de las escuelas de la concertada, y la injerencia permanente en la política».

«Nadie como la Iglesia en la protección a la mujer maltratada»

Así, el cardenal subraya que «nada de lo que ustedes afirman es cierto» y que «nadie, repito, nadie como la Iglesia Católica, desde todos los medios que tenemos en el Arzobispado de Valencia, se ha entregado a la protección de la mujer y más aún de la maltratada y a la lucha contra la lacra execrable de la violencia machista» y «no solo desde CARITAS, sino también desde otras instituciones de acción social que dispone la Archidiócesis se trabaja sin descanso, en muchas ocasiones conjuntamente con la Generalitat y los Ayuntamientos, como ustedes conocen perfectamente».

En su carta, el cardenal asegura que la declaración institucional está «basada en hechos falsos que se toman como verdad de forma imprudente» y les indica a los dos promotores de la iniciativa que «desde la condición de Sindic y Diputada, -respectivamente- que ustedes ostentan, no resulta especialmente meritorio instar una iniciativa de este tipo».

Por ello, el cardenal les invita «a que, antes de tomar una decisión como esta, puedan contrastar la información sobre la que van a basar sus actuaciones como representantes de los ciudadanos, que no se queden en un mero titular cuando lo que pretenden es llevar a cabo una actuación para descalificarme».

Según el purpurado, «por el hecho de su condición de Diputados de las Cortes Valencianas, ostentan una posición jurídica de inmunidad, pero esa condición no les da derecho a faltar a la verdad imputándome afirmaciones que no han sido realizadas por mí».

Por todo ello, el arzobispo les ruega una rectificación y afirma que «no tengo por menos que lamentar públicamente sus declaraciones, pues los hechos que señalan no son ciertos».

Confusión de «violencia de género» con «ideología de género»

Además, «confunden ustedes la ‘lacra de la violencia de género’ con la ‘ideología de género’ contra la que sí estoy en contra» y, a este respecto, recuerda que «mantengo una posición conforme a Derecho, que supongo se puede exponer libremente en un país democrático que ampara la objeción de conciencia cuando determinadas normas afectan gravemente a la condición humana». También, en este sentido «se han expresado los Tribunales de Justicia españoles cuando han tenido ocasión de juzgar asuntos de colisión de derechos en este ámbito».

También refleja lo dicho por el entonces cardenal Ratzinger, antes de ser elegido como Sumo Pontífice Benedicto XVI, «con la ideología de género el hombre moderno pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se autocrea y se convierte en un dios para sí mismo».

«En contra de limitar derechos en educación»

Aprovecha también la ocasión el arzobispo de Valencia para destacar que también «estamos en contra de las medidas que, en materia de enseñanza y educación, limiten derechos e impongan una única visión en contra de los derechos de las familias, de los estudiantes –incluidos los universitarios-, y de los que carecen de medios económicos suficientes limitando o suprimiendo becas».

En esta materia, «no cabe otro camino que el cumplimiento de la ley nacional e internacional que reconoce el derecho de los padres a decidir sobre la formación y la educación de sus hijos, así como al escrupuloso respeto al principio de igualdad de todos los alumnos, con independencia del centro –público o privado- donde libremente cursen sus estudios». Es decir, «no es constitucional diferenciar a los estudiantes en base a recursos económicos o a la titularidad –pública o privada- del centro donde estudian», añade.

En este sentido, «defiendo tanto la enseñanza concertada como la pública conviviendo juntas y en armonía, haciéndose mejores y complementarias, pero no propugnando políticas que llevarían a cerrar centros escolares y dejar sin trabajo a los profesionales, que tan dignamente realizan su labor desde hace años y privando a las familias de su derecho a decidir sobre la educación que deseen para sus hijos».

Finaliza su carta el cardenal arzobispo de Valencia expresando su perdón «como Jesucristo, que es nuestro ejemplo y fin», ante «cualquier malentendido que haya podido producirse». Sin embargo, «para que no quede ninguna duda sobre las ideas que realmente, sin ningún tipo de error imprudente, puedan potencialmente llevarme a ser reprobado en la institución de la Generalitat que representa al pueblo valenciano, y a mí como hijo de esa tierra, les dirijo esta carta abierta, para que continúen expresándose con entera libertad, pero con verdad y que de mis palabras escritas, no tengan que interpretar sino simplemente conocer mi opinión».