Ayer, día 21 de diciembre, a las 20:00 h., en la iglesia parroquial Santiago A Nova de Lugo, tuvo lugar el envío misionero a Guatemala del padre Damián Bruyel Pérez, misionero comboniano de esta diócesis. La celebración estuvo presidida por el obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco Rouco.
Con motivo de su marcha como misionero, comparte con OMPress esta carta:
«Muy queridos amigos todos de Galicia y del resto de España: Paz y bien en el Señor Jesús, Misionero del Padre y Salvador del mundo. Sois muchos los amigos que no tienen correo electrónico, así que ahora me estoy dirigiendo sólo a los que tienen email.
Siempre me ha gustado felicitar la Navidad a mi familia y a mis amistades desde el tiempo de Adviento, y no sólo para Navidad, porque Adviento nos ayuda mucho a prepararnos no sólo a la primera venida del Señor, en la debilidad de un bebé, sino a prepararnos también a la segunda venida, para la cual unos estamos más cerca que otros... Feliz Adviento y feliz Navidad son mis deseos para vosotros y vuestras familias.
Como noticia que dar, comunicaros ─lo que algunos ya sabéis─ que ha llegado para mí el momento de partir nuevamente a la Misión. A partir del 1 de enero de 2017 pertenezco jurídicamente a una de nuestras comunidades de Guatemala, concretamente, al “Centro de Evangelización y de Animación Misionera san Daniel Comboni” (nombre un poquito largo, ¿no?). Con motivo de esta partida, el día 21 de diciembre, miércoles, a las 8 de la tarde y en la parroquia de Santiago A Nova de Lugo, el señor obispo de Lugo, Don Alfonso Carrasco ha tenido el detalle ─junto con el Delegado de Misiones de Lugo─ de querer celebrar una Eucaristía con el rito al final de la Misa del llamado envío misionero. Es la comunidad parroquial de la diócesis de Lugo ─además de los Misioneros Combonianos─ la que me envía a las misiones; el misionero no va por su propia cuenta, sino con el apoyo de una comunidad cristiana... Como a Abrahán o a Moisés, también el Señor me está llamando nuevamente a salir y ponerme en camino... Yo no soy ya el joven que partía otras veces para la misión, sino el misionero un poquito más maduro en edad, pero también lo eran Abrahán y Moisés, y, sin embargo, se pusieron en camino de inmediato, con la confianza puesta en su Señor, que todo lo puede. En Él confío y pongo en sus manos, así como en su bendita Madre, María. Mi partida está prevista, Dios mediante, para el día 8 de enero próximo.
A través de esta carta de Navidad, aprovecho para daros las gracias, especialmente por vuestras oraciones y amistad. También aprovecho estos momentos previos a la Navidad para despedirme y pediros, una vez más, vuestras oraciones por mí, que las necesitaré.
Unidos siempre en Cristo».