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Lunes, 23 noviembre 2015 14:29

El misionero Paco González visita su diócesis de Coria-Cáceres

Paco González Jiménez es sacerdote diocesano y misionero del IEME, Instituto Español de Misiones Extranjeras, en Mozambique. Está pasando unos días en Cáceres y aprovecha estos días para hacer animación misionera visitando parroquias y algunos colegios de la diócesis.

La delegación de misiones de Coria-Cáceres, diócesis a la que pertenece este misionero, lo ha entrevistado:

P.- Estamos celebrando un Sínodo en nuestra diócesis, ¿cómo lleváis a cabo en Mozambique la primera evangelización?
R.- El africano es muy religioso. Aunque no haya oído hablar de Jesucristo, nos escucha siempre con atención. Nosotros, para evangelizar, prestamos mucha atención a la formación de los catequistas. Ellos son los mejores transmisores de la fe.

P.- ¿Cómo os ven a vosotros, los misioneros?
R.- Se cuestionan mucho la presencia de un blanco. Sobre todo, cuando descubren que permanecemos junto a ellos: visitando sus chozas y preocupándonos por los problemas que ellos tienen. Y ofreciendo ayuda y comprensión, en la medida de nuestras posibilidades.

P.- ¿Cómo ves la reacción de la gente aquí ante los atentados terroristas y el olvido de la muerte de miles de niños a causa del hambre?
R.- Tienes razón, eso tiene poco eco en los medios. Nuestra relación con los musulmanes es muy buena. Nosotros vamos a buscar agua a la fuente de la Mezquita. Y en nuestro colegio tenemos como profesora a Madina, que es musulmana. Cada día bendice la mesa con los niños, rezando con ellos... se santigua...
Reconoce que al estar en una escuela católica, debe actuar así.

P.- Cuéntanos alguna experiencia relevante de tu misión
R.- Hace pocos días visité a una choza en la que vivían tres hermanos pequeños. Su madre había tenido que marchar a trabajar a Sudáfrica y el padre los abandonó. Les dimos mantas, porque tenían frío. Hemos buscado a unos familiares lejanos para que se hagan cargo de estos niños.
La contemplación de abandono y la tragedia de estos niños me provocaron lágrimas.
Frecuentemente nuestro coche es taxi gratuito, ambulancia y servicios múltiples.

P.- ¿Conoces a los seminaristas de tu diócesis?
R.- Sí. Desde el Seminario de Maputo nos envían seminaristas para compartir experiencias de misión... se quedan asombrados ante la pobreza que hay en los poblados. Ahora no ha llovido y el hambre se acentúa. Tenemos que dar provisiones a la gente, en la medida de nuestras posibilidades.