«Los salmos son la forma del diálogo que Dios mismo ha establecido con su pueblo desde antiguo. Quien los recita hoy asume un clima propio del pueblo judío, profundamente marcado por la espera del cumplimiento de una promesa. [...] Quien no lee los salmos no puede entender adecuadamente el misterio de la muerte y resurrección de Cristo».
Estas palabras del propio Giussani en la premisa que sirve de introducción al libro ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? nos muestran muy a las claras la importancia capital que tuvo la lectura y la meditación de los salmos en la propuesta de fe del fundador de Comunión y Liberación. Muestra de ellos es que los más de cincuenta comentarios recogidos en esta obra no son el fruto de un trabajo académico de corte exegético, sino la transcripción de las intervenciones llevadas a cabo por don Giussani en diversos encuentros y ejercicios espirituales a lo largo de su vida, que tenían como finalidad transmitir el contenido fundamental de la experiencia cristiana.
Se trata de intervenciones en su mayoría breves, pero de extraordinaria profundidad y lirismo. En el libro se ha querido mantener su forma original de expresión oral, rica de sugerencias e intuiciones, en lugar de ofrecer un desarrollo sistemático, dado que el objeto de los comentarios son oraciones que utilizan un lenguaje afín a la poesía y que, en rigor, deberían ser, fundamentalmente, recitadas y meditadas, y no tanto objeto de análisis. «Debemos leer muy atentamente los salmos. Atentamente no quiere decir de modo intelectualista, sino saboreándolos, para que vayan dando forma a nuestra conciencia; dejando que la palabra penetre lentamente en nosotros y por ósmosis se convierta en realidad nuestra».
«La lectura de estos comentarios de don Giussani a los salmos nos introduce en el misterio de Cristo deseado, intuido, esperado, profetizado y encontrado en la historia. Y nos acompaña en una nueva apropiación del Salterio, de modo que la espera, el deseo, el dolor, el arrepentimiento y la alegría del salmista de Israel resuenen en nosotros como resonó en el judío Simón Pedro cuando recitaba los salmos con los ojos cargados de la Presencia de Jesús resucitado». (Del prólogo de Ignacio Carbajosa a la presente edición).
«En las páginas del libro que nos ocupa, don Giussani hace suyas las instancias y las adquisiciones de nuestro tiempo; y, en un momento en que la cultura del pueblo cristiano parece disolverse, vuelve a proponer un patrimonio espiritual que de otro modo quedaría confinado en el campo restringido de los entendidos». (Del prólogo a la edición italiana).
El autor
Luigi Giussani (1922-2005), sacerdote milanés, es el fundador del movimiento eclesial Comunión y Liberación. Cursó sus estudios en la Facultad de Teología de Venegono, donde será profesor durante algunos años. En los años cincuenta abandona la enseñanza en el seminario para dar clases en un instituto de enseñanza media de Milán, el Liceo Berchet, donde permanecerá hasta 1967. Desde 1964 hasta 1990 enseña Introducción a la Teología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán.
Educador infatigable, Giussani publicó en el transcurso de su vida numerosos ensayos pues, como él mismo dijo, «sólo a través de la educación se construye un pueblo como conciencia unitaria y como civilización». En particular, quiso mostrar «la razonabilidad y utilidad para el hombre moderno de esa respuesta al drama de la existencia que lleva por nombre ‘aconteci-miento cristiano’», ofreciendo dicha respuesta «como sincera contribución para una verdadera liberación de los jóvenes y de los adultos».
Como reconocimiento a su labor, en 1995 recibió el Premio Nacional para la Cultura Católica y, en diciembre de 1997, su libro El sentido religioso fue presentado en la ONU. Falleció en Milán el 22 de febrero de 2005. Siete años después, el 22 de febrero de 2012, se anunció públicamente la apertura de su causa de beatificación. Encuentro ha publicado casi todas sus obras en español.