En la tarde del 19 de junio fallecía el misionero paúl Rosendo Huguet, en Ribaforada, Navarra, donde había venido a pasar sus vacaciones desde Perú. Ayer se instalaba la capilla ardiente en la misma Ribaforada, su pueblo natal, y, por la tarde se celebraba la Misa funeral en la i Iglesia de San Bartolomé de la localidad.
Nacido en 1938, entró en la Congregación de San Vicente de Paúl en 1957. Llegado a Perú desarrolló una intensa labor pastoral en centros educativos y en parroquias de diversos lugares del país, como Tarma, Ica y Chiclayo. Entre diversas tareas, como director de colegio, párroco e incluso concejal de cultura en el Ayuntamiento de Tarma, también fue asesor de las Obras Misionales Pontificias en Perú. Reunió en su persona el ideal del misionero, con un gran compromiso por los más necesitados – en Perú recuerdan su inmensa labor tras el terremoto de 2007-, una gran excelencia académica, y una vida dedicada a Jesucristo y al Evangelio.