El pasado sábado, 18 de febrero, fallecía en Lecco, Italia, el padre Fernando Galbiati, misionero durante muchos años en China, duodécimo Superior general del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras, el conocido PIME, Secretario general de la Pontificia Unión Misional y de la Obra Pontificia para la Propagación de la Fe.

El padre Galbiati nació el 14 de noviembre de 1932 en Bussero (Milán), entró en el PIME en Monza, el 1 de septiembre de 1943. Fue ordenado sacerdote en Milán el 28 de junio de 1956 por el cardenal Giovanni Battista Montini, el futuro Pablo VI. Al año siguiente partió para Hong Kong. Allí llevó a cabo estudios y obtuvo varios diplomas, fue «profesor cualificado» en el Departamento de Educación de Hong Kong. Luego consiguió un doctorado en Ciencias Políticas y Economía en la Universidad de La Sapienza de Roma, además de convertirse en Doctor of Philosophy en la Universidad de Oxford en Inglaterra y miembro de la New York Academy of Science.

En Hong Kong llevó a cabo una intensa actividad pastoral en diversas parroquias y, durante algunos años, fue profesor de Filosofía en el Seminario Holy Spirit. Todo mientras llevaba adelante una notable labor social, con grupos para visitar a las familias, darles apoyo económico y organizar actividades juveniles. A él se debe el primer Libro de Himnos chino, una colección de cantos religiosos en chino-cantones.

En 1983 fue elegido Superior General del PIME (1983-1989). Al terminar su mandato, regresó a Hong Kong, pero en 1999 fue llamado a Roma, primero como secretario general de la Pontificia Unión Misional (1999-2003), y luego como coordinador de las Obras Misionales Pontificias Internacionales y como Secretario de la Obra Pontificia para la Propagación de la Fe (2004-2005). En 2006-2007, fue Secretario General de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.

Después de unos años en la Casa General del PIME en Roma, desde 2015, por razones de salud, estaba en la casa Beato Juan Mazzucconi, en Rancio di Lecco, donde ha fallecido. Ha sido enterrado en el cementerio del PIME en Villa Grugana.

El director nacional de las Obras Misionales Pontificias en España, Anastasio Gil, ha expresado sus condolencias por el fallecimiento de este misionero, además de agradecer los años de servicio prestado, primero como secretario general de la Pontificia Unión Misional y, después, como coordinador internacional de las Obras Misionales Pontificias y secretario general de la Propagación de la Fe. Ha valorado especialmente su contribución, durante estos años, como mano derecha del entonces prefecto de la Congregación de la Propagación de la Fe, el cardenal Crescenzio Sepe, a la reforma de los estatutos de las OMP que concluiría en el año 2005. En sus visitas a la dirección nacional de España manifestó su apoyo y respaldo a toda la labor realizada a favor de las misiones, además de expresar su admiración por el orden y gestión de la generosidad y donativos que tantos católicos españoles ponen en manos de las Obras Misionales.