La Hermandad Misionera del Divino Maestro efectuará su primera salida el próximo Martes Santo, a las 16:45 horas, desde el colegio Divino Maestro de Jaén. Esta de 2017 será su primera salida procesional.

También ha sido novedad el pregón cuaresmal. El pasado viernes 17 de marzo José Ramón Molina Hurtado dio su primer pregón de Cuaresma en el Salón de Actos de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de Jaén. Tal como indicaron al Diario de Jaén desde la hermandad, «todo un lujo para los anales de la cofradía». El pregonero fue presentado por María Luisa Sánchez, en un acto en el que estuvieron presentes el hermano mayor, Eduardo de Miguel Párraga, y el capellán, Juan Jesús Cañete, así como miembros de la comunidad religiosa y educativa del colegio Divino Maestro de Jaén.

Molina Hurtado habló de los orígenes de esta hermandad: «Una comunicad cristiana y un colegio católico, lo que fortalece a los cofrades a ser valientes para apoyar a la Iglesia en los tiempos difíciles» y valoró la aportación misionera de la cofradía: «Los misioneros son el alma de la iglesia y son los que más cerca están de Dios, y la hermandad tiene entre sus ideales sostener proyectos misioneros, que son los mejores cimientos del edificio del cielo».

José Ramón Molina Hurtado, natural de Úbeda, es médico especialista del Hospital Universitario Reina Sofía, de Córdoba. Sus colaboraciones solidarias con Asociaciones y Cofradías de la capital y provincia, y fuera de ella, son de sobra conocidas, sobre todo por su destacado papel en la conocida representación teatral Maranatha, encarnando, magistralmente, el personaje de Jesucristo; obra del prestigioso Maestro y Dramaturgo, Ramón Molina Navarrete, padre del pregonero.

La Hermandad Misionera del Divino Maestro, que tiene su sede canónica en la parroquia de San Eufrasio de Jaén, nació en el seno del Colegio Divino Maestro de Jaén. Hermandad ligada estrechamente a la Congregación de las Misioneras del Divino Maestro, comparte con ellas su carisma. El objetivo primordial de la Hermandad es la de fomentar la devoción y la gloria a Dios Padre, incrementando el culto público y eucarístico a nuestro Divino Maestro y a su Santísima Madre, desarrollando una labor de cooperación a través de las misiones y otras obras asistenciales en apoyo de los más desfavorecidos, y de formación para el ejercicio del apostolado y evangelización en nuestro entorno.