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Lunes, 29 mayo 2017 12:59

La misionera Manuela Suárez agradece al obispo de Orense su cariño a los misioneros

La misionera Manuela Suárez, Hermana Mercedaria en Brasil, escribe al obispo de la diócesis de Ourense, monseñor Leonardo Lemos Montanet, dándole las gracias por la carta que recientemente dirigió a todos los misioneros orensanos: «Se os recuerda con afecto y cariño agradecido», les decía, «porque sois esa Iglesia en salida que nos ayuda a reconocer que somos una Diócesis que siempre debe estar y sentirse en misión». La hermana Manuela, en contestación, le dice:

«Muchas gracias por su carta que rezuma una solicitud pastoral que va más allá de la frontera geográfica de su diócesis… Hasta parece que siente ‘el olor de ovejas’ a distancia, ¡Buen Pastor! Su referencia a la ‘iglesia en salida’ seguro que agradará a más de uno, porque mucho antes que el Papa Francisco así la bautizara, un buen número de orensanos ya habíamos probado en la piel su significado.

En cuanto a esperar que serán los de otras tierras ‘los que tendrán que ayudarnos a los de aquí a descubrir que nuestro trabajo pastoral actual debe ser entendido en clave de misión’, sugiero que sería mejor no esperar, sino más bien llevar a todos a apasionarse por Jesús, que Él no dejará a nadie ‘en paz’ hasta conquistar su Reino… Aquí me dirían que estou ensinando o Pai nosso ao Vigario..., pero se lo digo porque en el mundo globalizado en que nos ha tocado vivir, también por estas tierras andamos anémicos en espiritualidad, con un aumento creciente de apatía al gusto de la sociedad moderna, insensible al sufrimiento ajeno… El virus de la indiferencia resulta anestesiante y es letal, extendido por todo el mundo… Infecta también los ambientes cristianos y familiares, de los cuales sentimos nostalgia, ‘saudade’. Me ha impresionado leer una frase de Marcel More: ¡Los cristianos han encontrado la manera de sentarse, no sabemos cómo, de forma confortable en la cruz!

Cuente con mi oración por el Sínodo Diocesano, que, bien preparado, solo puede producir frutos de vida para cada una de las Ovejas y del Pastor Leonardo. Que el Equipo tampoco prepare “demasiado”, para que el Espíritu tenga oportunidad de sorprenderles con sus luces Divinas.

Abrazo cariñoso, en comunión eclesial, contando con su bendición ‘robada’ del Señor Resucitado…».