El obispo de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez Pueyo, ha presidido este sábado en el santuario de Torreciudad (Huesca) la 27ª Jornada Mariana de la Familia. Este encuentro festivo ha reunido a más de 7.000 personas, en su mayoría jóvenes familias procedentes principalmente de Cataluña, Madrid, Valencia y Navarra, con especial protagonismo del Alto Aragón. También han asistido otras procedentes de toda la geografía nacional.
Monseñor Pérez declaró que «la red social más potente es la familia, en la que ningún miembro está desconectado, como refieren ingeniosamente los jóvenes del grupo May Feelings». Esta comparación le sirvió para destacar también que «es a través de la Madre, la Virgen María, como nos conectamos con nuestro Padre Dios».
En representación de los participantes, la familia Lizaga Acón, de Zaragoza, inició los actos del día con la lectura de la oración de las Familias, a la que siguió una colorida ofrenda a la Virgen: centros de flores, vino, aceite, cestas de fruta, dibujos, cerámicas, navajas de la ría de Arosa… La más entrañable vino de Murcia: una maqueta del santuario hecha con mondadientes por un enfermo de cáncer. Grupos de niñas y niños que van a hacer la Primera Comunión este año entregaron también varias cartas dirigidas a Santa María. Otra gran maqueta de Torreciudad realizada con chocolate ha estado expuesta en la explanada, ofrecida por un hotel de Cerler (Huesca).
En la eucaristía al aire libre cantó la coral Son de Acacias, de los colegios Montecastelo y Las Acacias de Vigo (Galicia). En su homilía, monseñor Pérez recordó «cuál es nuestro verdadero origen y nuestro verdadero destino: no estamos huérfanos, somos de la familia de los hijos de Dios». Al mismo tiempo, insistió en que «la Iglesia es familia de familias», y que «las mejores lecciones de la vida se aprenden en el hogar».
El obispo de Barbastro-Monzón arrancó varios aplausos al exponer su creativa iniciativa pastoral de repartir entre los fieles de su diócesis un juego de cartas en el que cada una representa un servicio prestado al prójimo: «lo que más nos humaniza —dijo— es buscar el interés de los demás: no somos individuos aislados, sino personas en relación, en comunión con los otros y con Dios».
Tras una actuación infantil y un concurrido ofrecimiento de niños a la Virgen por parte de sus padres, los actos concluyeron con el rezo del rosario por los soportales del santuario y la bendición con el Santísimo.
Los monovolúmenes fueron el medio de transporte más extendido, aunque bastantes grupos se desplazaron en alguno de los cerca de 80 autobuses que llegaron al santuario, en viajes organizados por diversos centros educativos, asociaciones juveniles y parroquias. También asistieron la presidenta de la comarca de La Ribagorza y alcaldesa de Tolva, Lourdes Pena, el alcalde de Secastilla (municipio donde se ubica Torreciudad), Ángel Vidal, la alcaldesa de El Grado, Laura Puyal, y la alcaldesa de La Puebla de Castro, María Teresa Bardají.
A lo largo del día se recogieron dos contenedores de productos de higiene elemental entregados por los asistentes. Su destino es el proyecto Maternity, una iniciativa que ayuda a mujeres embarazadas que afrontan su maternidad en situación de soledad o abandono y cuentan con escasos recursos. En la organización del evento colaboró la Subdelegación del Gobierno en Huesca facilitando la actuación de la Guardia Civil. Además, unos 150 voluntarios ayudaron en los aparcamientos y accesos al santuario, en la guardería, en la información a los peregrinos, en la distribución de folletos y sillas y en el parque infantil. Varios sacerdotes atendieron a lo largo del día los confesonarios repartidos por distintas zonas del recinto.