Cuando el pasado 16 de abril la tierra tembló con fuerza en Ecuador, Segundo Figueroa supo que su pasado, su presente y parte de un futuro soñado quedaban sepultados bajo las ruinas de su casa: «De un solo golpe se vino abajo y yo dije, se terminó mi casa. Le dije a mi señora: se cayó la casa... Se cayó y nos quedamos en nada. Mujer, comenzamos de cero».

Como Segundo, miles de ecuatorianos vieron desaparecer bajo los escombros unas vidas construidas a base de mucho esfuerzo y sacrificio.

En Manos Unidas supimos desde el primer momento que cualquier ayuda iba a ser poca para apoyar a nuestro pueblo hermano. Nuestra experiencia en emergencias nos llevó a trabajar con cautela, sin precipitaciones, para poder dirigir nuestra ayuda a quienes más lo necesitan.

Para ello, contamos con el apoyo de miles de españoles solidarios, que no cerraron los ojos ante la tragedia. Miles de españoles que depositaron en Manos Unidas su confianza para canalizar los fondos destinados a quienes debían comenzar de nuevo.

Han pasado ya casi seis meses de aquella trágica jornada y, en nombre de Manos Unidas, quiero compartir contigo el trabajo realizado en estos meses para apoyar, siempre de la mano de nuestros socios en Ecuador, a las personas más afectadas por el terremoto.

Conoce todos los detalles de la respuesta de Manos Unidas al terremoto.