Print this page
Lunes, 26 septiembre 2016 11:53

Milagros Martín compartirá su testimonio en la vigilia Asalto al Cielo, en la parroquia de Colmenar del Arroyo

Milagros creció en una familia de tradición católica. Su madre y sus abuelos asistían a la misa dominical. Hasta los 13 años también ella lo hace. Pasado un poco de tiempo corta su relación con la Iglesia. Acudía a ella esporádicamente, con ocasión de algunas celebraciones ocasionales y algunas fiestas locales.

Antes de los 30 años ya se había hecho un hueco en su profesión como arquitecto técnico. Tenía una buena situación laboral, una holgada posición económica, y un novio con el que convivía: «Tenía un buen trabajo. En ese momento, la construcción estaba en pleno auge. Yo era jefa de obra en una de las constructoras, bastante reconocida, de Madrid. El ritmo de trabajo era fuerte, estábamos en la obra a las ocho de la mañana y acabábamos hacia las nueve y media de la noche, y así, de lunes a viernes». La única pega a su vida era el ritmo estresante de trabajo que la llevaba a la ansiedad, y que la llevaba a decir: «Mi vida es puramente trabajo».

Encuentro con el misterio de la muerte

En 2004 fallece su abuela. Es su primer encuentro con el misterio de la muerte. Su vida, aparentemente plena, es golpeada por este encuentro. Este acontecimiento le hace replantearse su vida: «Había conseguido todo aquello que me habían dicho, que me daría la felicidad. A nivel de profesión, tampoco aspiraba a llegar mucho más alto. Pero yo sentía que la muerte de mi abuela me hacía plantearme la vida».

Descubrimiento de su vacío interior

Milagros se hace consciente de la falta de sentido en su vida. Solo vive para trabajar. Su vida no tiene sentido: «Si esta vida es un levantarme pronto para ir a trabajar, ganar un sueldo y tener una hipoteca, tener una casa, tener quince días de vacaciones en verano, para que cuando llegue a los ochenta y cinco años, se acabe mi vida y muera, no tiene sentido». Pierde el entusiasmo por trabajar y por vivir, entrando en una profunda crisis personal que se le manifiesta entre otras cosas en una crisis de ansiedad: «Nada de lo que hacía tenía sentido. Me costaba levantarme por la mañana. Había perdido ese entusiasmo que me llevaba a la ambición profesional y caí en una crisis de ansiedad. Era un sentimiento de vacío profundo, de pérdida de felicidad».

Buscando la paz interior se inicia en la Nueva Era: el autoconocimiento

Un familiar le propone la relajación mental y el yoga. Esa fue la primera puerta que comenzó a abrir en su búsqueda de la paz interior. A partir de ese momento comienza a entrar en el laberinto de la Nueva Era: Seminarios de coaching grupal para el autoconocimiento, Curso de milagros, meditación trascendental, el mundo de las «energías» positivas y negativas de la cosmovisión oriental, feng shui, bioenergética, macrobiótica, y las terapias alternativas de la Nueva Era, la esotérica psicología energética, masaje metamórfico, reiki...

Un Seminario de coaching grupal para autoconocerse, Inside, le llevó a comenzar a mirarse en su interior y a indagar en sí misma. Estos seminarios utilizan técnicas interesantes que generan un gran enganche psico-emocional: «el nivel de confusión es muy alto, porque buscan llegar al nivel emocional de la persona. Hay una exaltación emocional grande y tocan aspectos muy íntimos del inconsciente, de tu infancia, remueven cosas que, si no están bien gestionadas, pueden llevar a la persona a un gran desequilibrio».

En una sociedad individualista como la occidental, este tipo de seminarios «enganchan» con relaciones intensas. «Se juega con un sentimiento de pertenencia muy fuerte, empiezas a tener relaciones a nivel emocional con personas que nunca has tenido. Eso crea a veces un sentimiento de cercanía y complicidad con las personas con las que compartes esos aspectos de tu corazón y de tus vivencias».

Las técnicas psicológicas de manipulación que utilizan, hacen creer al que las practica que está siendo liberado de su soledad y que pertenece a una comunidad especial de hombres y mujeres. También usan técnicas de pensamiento positivo que hacen pensar al que las sigue que su mente podrá cambiar su vida. Pasado un tiempo, estas técnicas ponen en evidencia su engaño: «Durante un tiempo, crees que funciona, luego, te das cuenta de que el castillo se cae y que aquello no se sostiene».

Fracaso de un matrimonio sin fe: «mi vida era una hipocresía»

Milagros se casa con su novio. Ninguno de ellos tiene fe. Su boda la hizo más consciente de su vacío: «Me di cuenta de que yo seguía estando mal, como si uno levantase las alfombras y viese con mayor claridad todo lo que no estaba bien. Me era imposible volver a unirme a la persona con la que me había casado».

Cuatro meses después hace el segundo nivel de esos seminarios de Inside, para conocerse a sí misma. Milagros toca fondo: «Me puse delante de la gran mentira en la que yo estaba viviendo mi vida, una vida de hipocresía. Mi vida de cara a los demás, a lo que los demás puedan esperar de mí».

Milagros, vacía y rota interiormente, se separa de su marido.

Presa de una secta destructiva

Su marido toma conciencia de que el mundo en que se haya su mujer es una secta que la desestructura emocionalmente y la destruye: «Mi marido empezó a sentir que aquellos seminarios eran una secta, por la desestructuración que, a veces, generan».

Milagros reconoce el peligro de estas técnicas, aparentemente tan inocentes, y el daño tan profundo que provocan: «Es tremendamente peligroso meterte en el inconsciente de una persona y querer sacarlo todo con la rapidez con que ahí te lo sacan. Puedes realmente hundirte. De hecho, hay personas que han tenido problemas serios. No se puede entrar en el inconsciente de alguien de esa forma tan brusca».

Entrada en la psicología esotérica y en la energía universal

Aquel mundo de los seminarios de autoconocimiento la rompen interiormente y busca ayuda en el mundo de la psicología: «Necesitaba una psicóloga, porque esos seminarios de Inside fueron como meterme en una centrifugadora. Desataron muchas cosas. Me encontré desbordada emocionalmente, no podía colocarlo todo, habíamos tocado muchos aspectos de mi infancia, de mi vida, y me sentía completamente desestructurada emocionalmente».

Aquellos seminarios la habían hecho entrar en su interior como un elefante en una cacharrería. Se sentía sola, perdida y confundida. Entonces busca la ayuda de una psicóloga que le ayude a recolocar todo aquello con lo que se había encontrado. En ese momento entra en el mundo de la pseudopsicología, la «psicología» esotérica propia de la Nueva Era: «Entré con psicólogos, que utilizaban técnicas de energías, que no son propias de la psicoterapia, pero que estaban dirigidas hacia ese mundo. Me dirigieron, enseguida, a una escuela de energía universal. Usábamos el masaje metamórfico, como técnica complementaria a la psicoterapia. Es un laberinto y una espiral y no sabes dónde paras, aunque crees estar bien dirigido».

El feng shui, las energías en edificios

Otra entrada de Milagros en la Nueva Era fue a través del feng shui, una disciplina oriental que al principio puede parecer un estilo de diseño armónico de espacios (despachos, viviendas, jardines, decoración del hogar, interiorismo), pero que enseguida se convierte en algo esotérico sobre gestión de energías positivas o negativas que fluyen por la casa. Como arquitecto, a Milagros le cautivó el feng shui: «Todo está muy mezclado: lo esotérico, lo energético, lo psicológico, la búsqueda espiritual, lo trascendente, las terapias alternativas».

La macrobiótica

Milagros continua su travesía por la Nueva Era, interesándose por la alimentación desde la perspectiva que le ofrece la Nueva Era: «Me metí mucho con el tema de la macrobiótica. Me interesaba mucho saber cómo a través de la alimentación yo podía sanar mi cuerpo. Por algún sitio, la Nueva Era siempre se mete, toca todos los aspectos del ser humano y, además, tiene parte de verdad, es muy difícil discernir dónde está la verdad y dónde la mentira».

Uno de los peligros que tiene la propuesta de la Nueva Era es desplazar a la ciencia, y bajo apariencia de verdad sustituirla por técnicas dudosas.

La mente de Milagros es programada en este campo de la alimentación y entra en una profunda obsesión por la comida sana: «Caí en orthorexia, diagnosticada como la adicción por la comida sana. No podía comerme un tomate, porque pensaba que creaba acidez en mi cuerpo. Ni siquiera podía comer ciertas cosas, como berenjenas. Puedes crear un patrón en tu mente, que te hace más mal que bien».

La Nueva Era, o la falsa huida de la cruz y del sufrimiento

Tras su encuentro con Cristo y su conversión, Milagros reconoce que el error de la Nueva Era es vender la idea de que con técnicas y energías se puede evitar la cruz y el sufrimiento de la vida. Milagros sabe que esta promesa de la Nueva Era es una promesa falsa que no sólo no libra del sufrimiento sino que puede llevar a la misma desesperación y a la locura: «Esto no es verdad. La cruz va a estar en tu vida. Tú no puedes crearte un mundo ideal como te prometen esos seminarios de pensamiento positivo. No lo vas a conseguir, te vas a desgastar y te puedes volver literalmente loco».
Cristo empieza a salir a su encuentro: unos Evangelios, un libro sobre San Juan de Dios, y el Camino de Santiago

En esta vorágine de Nueva Era, el Evangelio llegó a Milagros. Caen en sus manos unos evangelios de su abuelo paterno y empieza a indagar sobre ellos. Encuentra también un librito, que se llama «Dios ante todo», de San Juan de Dios. En ese tiempo hace el Camino de Santiago. Durante el Camino experimenta llamamientos de luz y de tinieblas. Allí empieza a sentir que el Señor la llama, pero también nuevas invitaciones del lado de las tinieblas: «Me encontré con personas, que no sé si siquiera cómo definirlos. Eran personas con caminos oscuros. Me encontré con un alquimista, que trabajaba en el mundo de la alquimia y en el mundo del chamanismo. Me hablaron del Camino pagano, que hacen algunos por temas ancestrales, como es el tema de los druidas».

A pesar de esto, termina el Camino con una percepción muy viva: «con el sentimiento de que había una Presencia que me acompañaba en mi vida, que me ayudaba cuando yo lo necesitaba, de que era acompañada, ayudada, y protegida».

Su entrada en el reiki: desestructuración absoluta, encuentro con el mal sobrenatural y episodios poltergeist

Pero en ese momento la invitaron a participar en un curso de reiki, la disciplina de la New Age que promete hacer fluir energía vital que cura y sana a través de las manos: «Me parecía interesante poder sanar con las manos, despertar capacidades que podíamos tener dentro de nosotros, para curar con las manos. Yo no le veía ninguna malicia».

El primer curso de reiki ya fue para Milagros «como una desestructuración absoluta a nivel psicológico». «Fue abrir una puerta, que me llevó a un contacto con lo sobrenatural que me desequilibró absolutamente, con lo sobrenatural malo. A través de la invocación a figuras geométricas y de entidades energéticas, te abren el canal. Te inician en la apertura de esa capacidad, al entrar en contacto con una entidad que llaman la energía reiki».

Milagros queda fascinada por la sensación de que puede desarrollar capacidades ocultas, de que dentro de ella actúa un poder que tiene la capacidad incluso de sanar las enfermedades, que puede disponer y canalizar esas energías ocultas: «Lo sorprendente de todos estos caminos es que, de verdad tú sientes que transmites energía y que está pasando algo dentro de ti. Y la persona a la que se lo transmites, siente que le está llegando. Nota un calor, una sanación, algo que está sucediendo».

Pero a la energía no se la puede llamar, ni ella puede responder a una llamada. Si algo responde a una invocación, a una llamada, no puede considerarse una energía, sino una presencia, un alguien, una entidad de naturaleza oculta. La tradición judeocristiana llama a estas entidades ocultas, que responden a invocaciones, con los nombres de «ángeles caídos», «espíritus malignos», o «demonios». Para Milagros es algo evidente: «Te dan figuras geométricas a las que tú estás invocando con palabras. Hoy sé que son entidades del lado del Maligno. Evidentemente no tiene nada que ver con Dios».

Y claro que ocurrían cosas, porque estos malos espíritus generan imágenes mentales, obsesiones, perturbaciones y opresiones en las personas que los han convocado y en los lugares donde lo han hecho y donde viven. Milagros empieza a ser víctima de ellos: «Empezaba a tener visiones y a ser testigo en mi casa de fenómenos muy difíciles de explicar. Cosas que te hacen preguntarte si no te estás volviendo literalmente loco. Sucedían episodios poltergeist [objetos que se mueven en casa], empezaba a tener visiones de entidades. Me preguntaba: “¿Qué está pasando?”. Yo, ni siquiera, me atrevía a contárselo a nadie, pensando que me estaba volviendo loca».

Un retiro con la Nueva Era ... y al borde de la locura, su providencial encuentro con unas monjas de Lerma

Como en la Nueva Era todo está mezclado, sus amigos del reiki la invitan a un curso de chamanismo en Navarra, para una especie de «limpieza energética»: «Te metes como en unas saunas –testimonia Milagros- y a través del calor te llevan a un estado alterado de conciencia».

De camino hacia allí, para en Lerma y siente el impulso de entrar en un convento: «Entré en la Iglesia y me puse de rodillas, porque empezaba a tener contacto con el Señor. Aunque no lo había descubierto, le pedía ayuda, leía los evangelios. Le pedí ayuda en ese momento: ¿Por qué he caído aquí? ¿Qué hago aquí? ¿Qué me está pasando?» Empiezan a salir las monjas vestidas de blanco. Entonces Milagros le dice a Dios: ‘Dame una señal, dime qué hago aquí’. En ese instante, se levantó una monja, vino hacia a mí y me llamó. Me dijo: ‘Ven’. Luego, ella me dijo que estaba sintiendo una voz internamente que le decía: ‘Llámala’».

Milagros nunca llegó a Navarra ni a aquel curso de reiki. Se quedó cinco días allí para estar cerca de las monjas. La ofrecieron hablar y rezar con ellas. Era la primera vez que tenía una experiencia de oración en un convento. Ellas se dieron cuenta de que estaba metida en el mundo de la Nueva Era, y le advirtieron de sus peligros. Allí tiró cinco o seis libros. Ellas le ofrecieron ir a la asamblea de la Renovación Carismática que se estaba celebrando ese fin de semana pero ella no fue, revela Milagros: «No fui porque me costaba ser obediente. Y me costaba también saber hasta dónde llegar en la confianza. Me encontraba mal personalmente, muy cerca de tocar la locura».

Nuevo alejamiento en Marruecos y un Curso de Milagros

Tras esta experiencia de acercamiento a la Iglesia, vinieron unos años de alejamiento. Primero, una operación de quirófano, y después, un año trabajando en Marruecos, a donde se llevó sus libros esotéricos. Empezó a buscar a Jesús en El Corán, y también en el libro esotérico, Un Curso de Milagros. Invitada en una casa musulmana en Marruecos vio una imagen de la Virgen María. Todo parecía compatible. Pero en los musulmanes veía «rigidez y tensión, que faltaba el Dios de Amor».

Cinco años aún atrapada en la secta: Curso de Milagros

Vuelve a España y comienza a trabajar en un centro de reiki. Allí conoce a un maestro del Curso de Milagros. Ese «maestro» cuidaba su aspecto físico para parecerse a Jesús. El Curso, aquel maestro, y su grupo, atraparon a Milagros durante cinco años.

La base del Curso de Milagros es gnóstica: lo corporal es ilusión, la mente tiene el verdadero poder, con tu mente puedes crear la realidad, conocer a Dios, evitar el sufrimiento, lograr prosperidad...

El Curso de Milagros, como el reiki también, y como muchas sectas antes, se apropia de Jesús. Su autora, Helen Schucman, afirmaba que Jesús le dictaba sus enseñanzas, llenas de belleza y de sabiduría, que oía su voz y las ponía por escrito. El Curso usa más de 50 citas de la Biblia, junto con mil explicaciones psicológicas y psicoterapéuticas para cualquier cosa. Habla del autoconocimiento de nuestro propio ego, de la sombra dentro de nosotros, de la necesidad de bajar a la sombra, de una kénosis, de un descendimiento... Milagros queda enganchada.

La ofrecen ser maestra del Curso de Milagros. Esto la halaga: «vendí mi casa, dejé mi familia y me fui a vivir con ellos. Se creó un vínculo muy fuerte. Creía vivir las enseñanzas del Curso de Milagros, con el interés de difundirlas». Pasa cinco años en esta secta pseudocristiana, creyendo seguir a Jesús y ayudar a otras personas con sus enseñanzas. Hasta que se hace consciente del engaño en que está metida: «¿Cómo salí de allí? Cuando empecé a ver cosas muy extrañas en el maestro».

Milagros reencuentra a la Virgen María

La Virgen siempre estuvo muy presente en su familia, pero ella la olvidó: «Creía seguir a Cristo fuera de la Iglesia. Pero, me di cuenta de que, donde no está la Virgen María, el demonio se cuela con mucha facilidad».

Tenía que hablar con su maestro. Milagros le pide ayuda a la Virgen, y ella la escuchó. Tras cinco horas de conversación con su maestro, rebatiéndole sus principios, éste la expulsó de aquella comunidad New-Age, y ésta se disolvió. Milagros confiesa: «Aquel día sentí una fuerza que no venía de mí».

Al instante de rezar el Padre nuestro recibe la respuesta

Agotada y enferma, Milagros vuelve a su casa: «Volví a casa como el hijo pródigo, totalmente abatida y enferma. Estuve diez días en cama. En un momento, me encontré a mí misma rezando el Padre Nuestro. Hacía mucho tiempo que no rezaba el Padre Nuestro». Milagros se vuelve conscientemente a Dios: «Me levanté, me puse de rodillas en mi habitación y le pedí ayuda a Jesús, porque siempre creí seguirle, siempre creí haber hecho todo esto por su amor, por seguirle a Él». En ese mismo momento llaman a la puerta invitándonos a unas catequesis para jóvenes y adultos impartidas por el Camino Neocatecumenal. Dios parecía haber respondido a su llamada. Pero en el Curso de Milagros la habían adoctrinado contra la Iglesia Católica. Por eso no fue a esa primera sesión de las catequesis. Gracias a su hermano, que sí fue, Milagros se animó a acudir a ellas. Así empezó a vincularse a la Iglesia.

La Confesión con un sacerdote le ayuda a redescubrir a la Iglesia, como una Casa de hermanos en donde se encuentra a Dios, como el hospital de campaña donde sanarse

Con mucha resistencia, Milagros se confiesa, exponiendo su vida en 45 minutos. Critica a la gente de Iglesia que conocía. El sacerdote, la responde: «Quizás tengas razón, y has encontrado a personas que no son dignas de su vocación, pero, en vez de juzgarlas, podías rezar por ellas». Aquello la desarmó por completo. La hizo ponerse delante de todos sus juicios, de todos sus pecados que proyectaba sobre la Iglesia católica: «Me di cuenta de que la Iglesia es una casa de hermanos que buscan su santidad, que no son perfectos, pero que la presencia de Dios está ahí, y que vamos camino de querer convertirnos cada día. Me di cuenta que al Señor no se le encuentra fuera de la Iglesia católica, que ésta es una casa y, a veces, un hospital de pecadores».

A través del Camino Neocatecumenal, y del amor por la Eucaristía y por la Virgen encuentra la paz

A través de las catequesis del Camino Neocatecumenal, y con un amor renovado por la Eucaristía y por la Virgen, Milagros encuentra por fin la paz y la alegría en la Iglesia: «Quizás ahora no tengo esa felicidad humana que a veces uno anhela, porque en mi vida hay dificultades, hay luchas, no es fácil, pero, siento una alegría muy grande, un acompañamiento muy grande».

Milagros había estado toda su vida huyendo de la cruz, del sacrificio, del sufrimiento. Ahora por fin, podía experimentar que en la cruz no estaba sola, que en ella estaba siempre Jesús, que no la aplastaba: «Nunca pude caminar por los caminos de la cruz. Yo siempre huía de la cruz. Ha sido por lo que el demonio me ha atrapado siempre, porque no me atrevía afrontar la cruz. Ahora el Señor me dice: ´No importa el dolor, atraviésalo conmigo. No importa la cruz, no importa no ser comprendida, no importa. Estoy ahí contigo más que nunca´».

Cristianismo versus Nueva Era, el amor frente al egoísmo

Había pasado toda su vida queriendo ser fuerte, para ser así independiente, y no necesitar de nadie. Esta es la lógica profunda de la Nueva Era, el cultivo egoísta del yo, y el esfuerzo prometeico de salvarse a uno mismo entrando en un grupo selecto de iniciados, a quienes un «maestro» instruye en un conocimiento reservado, utilizando técnicas de control mental, de autoconciencia, de autoayuda, de control de las energías cósmicas, de autosanación, de autotransformación. Justo la inversión de Cristo y del cristianismo, cuyo mensaje es el liberador olvido de sí, el éxodo de sí mismo y del propio ego, para poderse realizar en el total don de sí, en la entrega de amor al otro, y a través del otro, poder encontrar al Dios Amor. Así lo ha testimoniado Milagros: «Yo nunca quería mostrarme débil. Yo siempre quería estar fuerte. Pues ahora Dios me dice: ´Te quiero débil, no pasa nada, abájate´. ¡Me está enseñando tanto!».

Dios vivo presente en el Misterio de la Eucaristía por amor

Milagros testimonia que su alegría la ha encontrado en la Santísima Eucaristía: «¿Dónde está mi felicidad? ¿Dónde le he encontrado? En la Eucaristía diaria. Cuántas veces negué su presencia y, hoy en día, es mi sostén, es mi fuerza, es una gracia enorme, para mí, ahora, la Eucaristía. Cristo está en la Eucaristía, Cristo nos levanta en la Eucaristía, Cristo está realmente presente en la Eucaristía».

Con el Rosario la Virgen María la acompaña y le ofrece el arma con que combatir al Maligno

El Rosario es su arma. Le permite combatir al Maligno en su vida. La Santísima Virgen es llamada y se hace presente a través de él. Así lo testimonia Milagros: «La Virgen María agarraba este rosario porque es el verdadero combate contra el Maligno. Me limpia mentalmente, me ordena, me dice cada día dónde no tenemos que estar y lo que hay que hacer».

Asalto al Cielo, en Colmenar del Arroyo

Milagros Martín compartirá su testimonio en este Año de la Misericordia en la parroquia Ntra. Sra. de la Asunción, de Colmenar del Arroyo, el próximo sábado 1 de octubre, en su mensual Vigilia de testimonio, adoración y alabanza, Asalto al Cielo.

Dará comienzo a las 17:00 horas con el rezo del Rosario; continuará a las 18:00 horas con el testimonio; a las 19:00 horas, adoración; y a las 20:00 horas, Misa. Habrá música de adoración y alabanza.

Para llegar desde Madrid a Colmenar del Arroyo: Tomar la carretera M501 dirección San Martín de Valdeiglesias, y continuar por ella hasta la salida 37, dirección Chapinería, Colmenar del Arroyo y Valdemorillo. Tomar el desvío hacia Colmenar del Arroyo, y continuar recto hasta la Pza. de España, s/n, donde se encuentra la parroquia. Hay zona de aparcamiento detrás de la parroquia. En autobús desde Madrid tomar el nº 642 en el Intercambiador de Moncloa.

Asalto al Cielo es una iniciativa misionera del P. Álvaro Cárdenas, párroco de Colmenar del Arroyo, de la diócesis de Getafe, en la Sierra Oeste de Madrid. Es una vigilia mensual de testimonio, adoración, y alabanza. El centro de esta vigilia es Jesucristo vivo en la Eucaristía, y el fin de ella el encuentro con Él en la adoración y en la celebración eucarística.