Print this page
Lunes, 03 julio 2017 12:49

Monseñor Fidel Herráez: «Empapados y ungidos» con el Espíritu de Cristo sacerdote

El arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, ha presidido este sábado por la mañana en la catedral una solemne Eucaristía en la que Henry Osvaldo Gómez García ha sido ordenado sacerdote y Jesús Varga Andrés ha recibido la ordenación diaconal. Con la recepción de este sacramento, estos dos jóvenes «se incorporan a la acción salvadora de Cristo» para que «miles de personas se encuentren» gracias a ellos «con la Vida que Dios quiere regalar», tal como ha dicho el arzobispo en su homilía.

Ante numerosos familiares, fieles y sacerdotes de toda la diócesis, los dos jóvenes han prometido delante del arzobispo y la asamblea su deseo de servir a la Iglesia a través del ministerio sagrado, a la vez que se han comprometido a rezar la liturgia de las horas, vivir en obediencia y castidad. Por su parte, monseñor Herráez –que ha revelado sentir «emoción interior» cada vez que preside una ordenación sacerdotal– ha pedido a los nuevos presbítero y diácono «servir y no ser servidos». Ello implica ejercer su ministerio «sin buscar triunfos especiales ni reconocimientos humanos», sino simplemente ejercer como «mediadores entre el amor de Dios y los hombres», pues el sacerdocio «no es ninguna promoción personal». De hecho, ha insistido, «habéis sido ungidos especialmente para los pobres, los cautivos, los afligidos, a quienes sois enviados a proclamar la Buena Noticia».

Para el arzobispo, «solo desde el amor se entiende que Dios os llame a compartir su sacerdocio» y quiera «empaparos con el Espíritu de Cristo». Desde el don recibido en el día de hoy, estos dos jóvenes deberán seguir de modo especial al Buen Pastor «y hacerlo visible con su modo de vida».
 
La celebración ha estado cargada de simbolismo y emoción. Los sacerdotes presentes han impuesto las manos sobre la cabeza del nuevo presbítero después que tanto él como el nuevo diácono, postrados rostro en tierra, hayan implorado la protección de los santos. El abrazo al arzobispo, la imposición de sus vestiduras litúrgicas y el «besamanos» al nuevo sacerdote han sido otros de los elementos destacados de la liturgia, en la que ambos han estrenado su nuevo ministerio.