Desde el día 5 de julio se está celebrando la novena de San Francisco Solano en la parroquia de la que él es mismo titular. Novena que se prolongará hasta el día 14 que se celebra su festividad. Durante esta novena en honor al Apóstol de América del Sur, varios sacerdotes celebran eucaristías a las 20:00h con la Exposición del Santísimo, seguido del rezo del santo rosario y a continuación la novena.

Comenzó presidiendo los tres primeros días el sacerdote José Martínez Jordano, después Juan Laguna Navarro y por último finalizará la novena Joaquín Pacheco Galán. Durante estos días se ha expuesto cómo Francisco Solano cruzó toda Argentina de norte a sur, por caminos bastante difíciles. Un hombre sencillo y humilde que en vida ya algunos lo trataban de «santo».

El día 14 de julio, solemnidad de San Francisco Solano, comenzará la jornada con el besapiés a la imagen del Santo. Habrá celebraciones Eucarísticas a las 10:30 de la mañana y a las 21:00 horas y la función Principal de Hermandad que será a las 13:00 horas.

Además la Franciscana Hermandad de los Patronos de Montilla, con motivo del Año de la Fe, ha contado para estas celebraciones con las reliquias de San Juan de Ávila. El precioso relicario que contiene parte de su corazón y la clavícula, preside el altar mayor a los pies de su discípulo. Igualmente ha estado presente otra reliquia del Apóstol de Andalucía cedida por la Hermandad del Sagrado Descendimiento que llevan como cotitular al Maestro Ávila.

En este sentido, el pasado martes Montilla recibió un relicario de plata con el hueso cúbito del antebrazo de san Francisco Solano, para estar presente en la novena en su honor. El secretario para la Causa de los Santos, Miguel Varona Villar, llevó en persona la reliquia desde La Puebla de Castro, Huesca, hasta Montilla, siendo ésta la mayor reliquia ósea que se conserva. Junto a ella esta pequeña localidad de apenas 400 habitantes también custodia otra reliquia del radio del antebrazo de Santa Rosa de Lima.

La reliquia del Apóstol del Nuevo Mundo permanecerá en Montilla para la veneración de los fieles hasta la clausura del Año de la Misericordia.