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Jueves, 23 febrero 2017 11:10

«Ningún hogar sin luz ni calor», lema del gesto público de la diócesis de Burgos

La incapacidad para hacer frente al pago de la factura de la luz o la calefacción es uno de los rostros quizás menos visibles de la pobreza, aunque no es sin duda el único. Su repercusión en la opinión pública solo se hace efectiva cuando saltan a los medios de comunicación algunos casos trágicos de muertes por estas causas. Una realidad que pasa desapercibida pero que, sin embargo, es bastante común, también entre los burgaleses. Solamente Cáritas diocesana apoyó el año pasado a 345 familias en pagos de electricidad (28.420 €) y a 290 familias en gastos de calefacción (13.809 €), sin olvidar otro tipo de prestaciones y ayudas de toda índole. A esa cifra habría que añadir las familias que habrán solicitado ayudas en otras entidades sociales públicas y privadas. La precarización del mercado laboral y los bajos ingresos hacen que muchas personas no puedan afrontar los gastos básicos para el acceso a condiciones de vida dignas.

De ahí que, teniendo como trasfondo esta problemática y siguiendo las líneas de acción del plan de pastoral, la Iglesia burgalesa quiere llevar a cabo un gesto público de solidaridad con estas personas que viven sumidas en la pobreza y como un medio concreto de «poner el evangelio al servicio de los más pobres». Bajo el lema «Ningún hogar sin luz ni calor», las calles del centro de la ciudad serán escenario el próximo jueves 2 de marzo de una concentración encabezada por el arzobispo, monseñor Fidel Herráez Vegas, y a la que están llamados a participar todos los cristianos burgaleses. Este gesto busca denunciar la precariedad en la que viven muchas familias de la diócesis.

El acto, que comenzará a las 20:00 horas en la plaza Mayor, ofrecerá una reflexión a partir de datos y textos para realizar a continuación una marcha en silencio por algunas calles peatonales tras la cual se hará una colecta entre los allí presentes, sugiriendo la aportación de «un día de salario» o bien otra cantidad para ayudar, a través de Cáritas, a todas las personas que viven en la pobreza. Mediante este gesto, se pretende dar sentido solidario al ayuno del miércoles de ceniza.