El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, presidió una misa en recordación por el difunto monseñor Jorge Schoeffer, a quien calificó durante su homilía como "un hombre de Dios, apóstol incansable", y valoró que "pocos como él se han ocupado con tanta dedicación y generosidad de los seminaristas y de los sacerdotes".

En el primer aniversario de la muerte del recordado provicario general de la arquidiócesis, el arzobispo recordó que el difunto llegó a La Plata a principios de la década del 90. Destacó su "singularísima" manera de vivir su vocación y subrayó que "se interesaba por cuantos se le cruzaban en el camino".

Entre esos caminos, monseñor Aguer resaltó: "Habría que incluir a los taxistas. Aprovechaba esos encuentros para evangelizar. Iba siempre cargado, incluyendo en una mano una torta. Así me lo imagino camino al cielo. A algunos les fastidiaba su estilo y se burlaban de él; no lo comprendían, no lo querían, y menos aún lo admiraban. Nosotros, en cambio, los aquí presentes, lo comprendíamos, lo queríamos y, en el fondo lo admirábamos".

"Será muy difícil olvidarnos de él. Más bien, no nos olvidaremos. Me atrevo a pensar que el Señor lo recibió en sus brazos con una sonrisa", consideró el arzobispo.