El domingo 15 de febrero la Parroquia de Santa María de Kitgum, en Uganda, celebraba a lo grande su centenario, con gratitud a Dios y a los misioneros, aquellos pioneros que fueron el instrumento para la siembra de la fe. La Santa Misa fue presidida por el Nuncio Apostólico en Uganda, Mons. Michael August Blume, y fue concelebrada por el arzobispo de Gulu y presidente de la Conferencia Episcopal Ugandesa, Mons. John Baptist Odama y numerosos obispos y sacerdotes, entre los que estaba el superior provincial de los Misioneros Combonianos. Ellos fueron quienes llevaron la fe a Kitgum, como habían hecho cuatro años antes, en 1911, a Gulu. Las dos fueron las primeras misiones católicas en la zona oriental de Acholi, en la frontera con Sudán.

El presidente de Uganda, Yoweri Kaguta Museveni, estuvo presente en la celebración. Animó a la Iglesia a cooperar con el gobierno en la lucha contra la pobreza. Citó el ejemplo del obispo de Kabale, Mons. Callist Rubaramira, que lleva adelante una plantación de té de 1.800 acres de terreno en los distritos de Kabale y Kanungu, en régimen de cooperativa, y que está ayudando a muchas personas a ser autosuficientes y a evitar la dependencia.

En esta celebración se recordó también a los beatos Daudi Okello y Jildo Irwa, catequistas de la misión, que coronaron el testimonio de su fe con el martirio, en 1918.