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Viernes, 13 enero 2017 06:30

Así actúa Infancia Misionera: «Dar de beber al sediento». El agua potable, arma eficaz contra las enfermedades

Así actúa Infancia Misionera: «Dar de beber al sediento». El agua potable, arma eficaz contra las enfermedades

Entre los proyectos que financia la Obra Pontifica de la Infancia Misionera, cuya jornada celebra la Iglesia el próximo 22 de enero, destacan los destinados a proporcionar agua potable a los niños, porque el agua potable es la mejor arma contra las enfermedades. Ya el Papa Francisco en su encíclica Laudato Sí decía que «entre los pobres son frecuentes enfermedades relacionadas con el agua, incluidas las causadas por microorganismos y por sustancias químicas. La diarrea y el cólera, que se relacionan con servicios higiénicos y provisión de agua inadecuados, son un factor significativo de sufrimiento y de mortalidad infantil».

En algunas zonas de Botswana ya es un problema el mismo hecho de tener agua. Una vez pasada la época de lluvias se vuelve un bien escaso, por lo que una gran parte de las ayudas de Infancia Misionera a este país van destinadas a paliar esta necesidad. En la Agnes Pre-School de Sedie, se ha construido un pozo con 5.000 dólares que servirá de fuente permanente de agua, ya que en ocasiones, el suministro normal del pueblo pasaba días sin aportar una sola gota. En Gerald Estate, también en Botswana, se ha financiado con 7.000 dólares el proyecto de la hermana Benedicta Mante, que ha comprado cinco grandes tanques de agua para la época de lluvias, que permitirán que los 350 niños de la St. Kizito School tengan todo el año agua para su higiene personal.

En Etiopía, un país especialmente golpeado por las sequías, se han enviado 5.000 dólares al Vicariato Apostólico de Awasa para llevar agua potable a dos escuelas, las de Moqebassa Qorke y Qualite. No son más que dos fuentes, con sus respectivos lavabos, pero que marcarán la diferencia para decenas de niños.

En Ghana, en la St. Peter School de Techiman, los niños tenían que andar una larga distancia hasta el pozo de agua potable más cercano. Con 3.000 dólares de Infancia Misionera se han comprado los materiales que harán que haya un suministro de agua potable en el mismo colegio.

Se ha financiado en Chapahati, India, con 5.500 dólares la perforación de un pozo, la instalación de filtros y las obras de fontanería en la misma Iglesia del Buen Pastor de esta localidad. Uno de los problemas en este sitio, cercano a la frontera de Bangladesh, es la escasez de agua. Durante la temporada seca, a la espera del monzón, los niños son quienes tienen que traer a sus hogares el agua desde una larga distancia.

Gracias a la generosidad de muchos otros niños de todo el mundo con Infancia Misionera, los niños beneficiados por estos proyectos tienen acceso al agua, un elemento tan común en las sociedades del primer mundo que nadie se sorprende de tenerla en su propia casa. San Francisco de Asís, en el canto de las criaturas que recoge la encíclica Laudato Sí del Papa le daba gracias a Dios por ella: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana agua, la cual es muy humilde, y preciosa y casta».