Realizar con coraje una acción educativa a favor de la vida humana; llevar adelante la cultura de la vida como respuesta a la lógica del descarte y a la disminución demográfica, y estar cerca de las mujeres en dificultad que piensan interrumpir el embarazo, sin olvidarse de quienes están en el final de la vida.
Lo pidió el papa Francisco este domingo 5 de febrero después de la oración del ángelus, que ha rezado desde la ventana de su estudio que da hacia la plaza de San Pedro, donde le esperaban miles de fieles y peregrinos.
El Santo Padre recordó que hoy en Italia se celebra la Jornada por la Vida, con el tema Mujeres y hombres por la vida en el surco de santa Teresa de Calcuta y por ello indicó que se une a los obispos italianos «deseando una acción con coraje a favor de la vida humana» porque «cada vida es sagrada».
«Llevemos adelante la cultura de la vida como respuesta a la lógica del descarte y de la disminución demográfica» dijo, y «estemos cerca y juntos recemos por las mujeres que piensan interrumpir un embarazo».
Francisco añadió: «Y por las personas que se encuentran en el final de vida. Cada vida es sagrada», para que «nadie sea dejado solo y el amor defienda el sentido de la vida».
El pontífice recordó las palabras de Madre Teresa: «La villa es belleza, admírala; la vida es vida, defiéndela».
Al concluir sus palabras el Papa saludó «al Movimiento por la Vida, a los docentes de las universidades romanas y a todos los que colaboran para la formación de las nuevas generaciones, para que sean capaces de construir una sociedad acogedora y digna para cada persona».
(Leer el texto completo del ángelus)