La Compañía de Jesús, presente desde hace 400 años en Canadá, ha trabajado en la dirección de colegios, de iglesias, de casas de retiros y obras sociales. En 2009 se creó la Comisión de Verdad y Reconciliación (CVR) para analizar la situación que se vivió en las escuelas residenciales que se establecían en los territorios de Canadá. La Comisión, a través de eventos nacionales, ha permitido a quienes estuvieron en estas escuelas compartir sus trágicas experiencias bajo este sistema de Escuelas Residenciales para Nativos, cuyo fin primario era alejarlos de sus raíces familiares y culturales, con el objetivo de imponerles la cultura europea.
Fruto de ese proceso es el Acuerdo de Solución para las Escuelas Residenciales para Nativos, un informe final en el que se incluyeron recomendaciones bajo un formato de 94 llamamientos a la acción. Los jesuitas, reconociendo sus errores y su papel – principalmente en la escuela de Ontario – se han comprometido en este proceso de sanación y reconciliación, siendo responsables y protagonistas en la lectura de la Declaración de Reconciliación en el Evento Nacional de la CVR en Montreal en abril de 2013.
En este marco, los jesuitas canadienses promueven y realizan una peregrinación en canoa a través de una de las rutas más antiguas del intercambio indígena, que conecta el río San Lorenzo con el lago Huron, reuniendo en el trayecto a las diversas culturas que conforman la actual Canadá. Esta experiencia ofrece una oportunidad para el encuentro, el reconocimiento de uno mismo y del otro, fomentará el diálogo, la tolerancia, la reconciliación y la amistad.
La idea comenzó hace 50 años cuando 24 jesuitas realizaron por primera vez este recorrido, emulando el emprendido por los misioneros jesuitas Samuel de Champlain y Jean de Brebeuf quienes, guiados por los primeros habitantes de ese territorio, convivieron y aprendieron sus tradiciones.
Los viajes de la peregrinación se realizan por equipos de remeros, en los que se mezclan miembros de pueblos indígenas, jesuitas, ciudadanos canadienses, ingleses y franceses, hombres, mujeres, jóvenes y ancianos. En ellos se rescata simbólicamente el rol que jugaron las canoas en la historia de Canadá. Los primeros habitantes fueron quienes las inventaron; su sofisticado diseño, rápidamente adoptado por los europeos, fue lo que les permitió prosperar. Desde muy temprano los comerciantes de pieles y otros colonizadores las utilizaron para explotar y devastar los medios de vida de los pueblos originarios. Siendo originalmente un instrumento de comunicación y relación entre pueblos, vino a ser, a lo largo de la historia, un instrumento de explotación y de conquista. Forzados a salir de las tierras donde construían canoas, reducidos a reservas territoriales y enviados a Escuelas Residenciales donde no eran libres para viajar y recorrer sus ríos. Después de muchos años las canoas vuelven a ser una forma de comunicación que simboliza y encarna el perdón y el deseo de reconciliación entre ambas culturas.
El viaje seguirá las orillas de la bahía Georgian al río French, y a continuación se desplazará hasta el lago Nipissing. Desde allí continuarán a lo largo del río Mattawa pasando por el Ottawa hasta llegar al el río San Lorenzo y por éste hasta su destino final en Montreal el 15 de agosto de 2017.