El 17 de octubre de 2011, el misionero italiano Fausto Tentorio era asesinado a tiros cerca de su iglesia parroquial en la localidad de Arakan, en la provincia de Cotabato, Filipinas. Ardiente defensor de los derechos humanos, la justicia social y la paz, seis años después su asesinato sigue sin resolver.

Uno de los compañeros de Fausto, Peter Geremia, ha declarado a la agencia Fides que recientes investigaciones han llevado a individuar a una docena de personas, entre ellas a dos comandantes del ejército y a miembros de grupos paramilitares. El padre Peter es miembro del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras, como el misionero asesinado, y trabajó durante años con él.

Cada aniversario de la muerte del misionero se celebra una misa y se organizan manifestaciones pacíficas de miles de personas ante su tumba en la aldea de Kipadawan. También el instituto y sus compañeros no han dejado de solicitar que se investigara el asesinato y se pusiera fin a la impunidad que lo ha rodeado.

Según las últimas investigaciones, Fausto Tentorio habría sido asesinado por simpatizar con los grupos rebeldes de esta zona del sur de Filipinas, sobre todo con el New People’s Army, un grupo comunista al que se enfrentan grupos paramilitares y el ejército. En su obra de evangelización y promoción humana, el misionero estaba comprometido en la defensa de los derechos de las comunidades indígenas manobo, sobre todo frente a las multinacionales que buscaban explotar los recursos minerales locales.