Después de la catequesis el Papa lanzó un nuevo llamamiento por la paz, con ocasión del aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
''En estos días, también en Extremo Oriente -dijo- se recuerda el final de la Segunda Guerra Mundial. Renuevo mi ferviente oración al Señor de todos para que, por intercesión de la Virgen María, el mundo de hoy no tenga que experimentar los horrores y los atroces sufrimientos de tragedias como aquella. Pero las experimenta. Este es también el anhelo permanente de los pueblos, especialmente de los que son víctimas de los diversos conflictos sangrientos en curso. Las minorías perseguidas, los cristianos perseguidos, la locura de la destrucción y para los que fabrican armas y comercian con ellas, armas ensangrentadas, armas bañadas de sangre de tantos inocentes. ¡Nunca más la guerra! Es el doloroso grito que de nuestros corazones y los corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad se eleva al Príncipe de la Paz''.