El papa Francisco sorprendió a los comerciantes y transeúntes que pasaban por la Via del Babuino en la tarde del jueves 3 de septiembre. El obispo de Roma apareció en una óptica, causando la sorpresa del vendedor, y le pidió un par de lentes.
El comercio al que fue el Papa se encuentra a unos pasos de la Piazza del Popolo, uno de los paseos turísticos más conocidos de la capital italiana. Hasta allí se trasladó en un coche común, sin custodia. Advertida de su ingreso, la gente se amontonó en la calle para saludar al Pontífice.
El Papa fue recibido por el propietario Alessandro Spiezia. Según su relato, Francisco le dijo: “No quiero un nuevo marco, sólo tiene que volver a hacer las lentes. No quiero gastar mucho. Eso sí, cóbreme".
Según dijo el propietario de la óptica, Francisco le dijo al oído: “Tenga cuidado, Alessandro. Yo hago pagar lo que se debe". Después de unos 40 minutos, Francisco salió a la puerta, saludó a la gente y se volvió al Vaticano.