Monseñor Paride Taban tiene 81 años. Hasta el año 2004 era el obispo de la diócesis de Torit, en Sudán del Sur. Su labor en la promoción de la paz y la reconciliación ha sido excepcional hasta la fecha. En reconocimiento a toda una vida dedicada a esta labor, el arzobispo anglicano de Canterbury ha hecho público que monseñor Taban ha sido galardonado con el Premio Hubert Walter a la Reconciliación y la Cooperación Interreligiosa.
Según informa el SECAM, el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, hace 17 años, monseñor Paride tuvo un sueño radical para poner fin al tribalismo en la región de Kuron, en Sudán del Sur. Un tribalismo culpable de causar violencia y hostilidad. En el 2005, tras su retirada como obispo de Torit, fundó la Holy Trinity Peace Village, con toda una serie de programas para promover la cooperación y la paz, desde deportes y teatro a agricultura y educación. Con tradiciones tribales profundamente enraizadas, como el robo de ganado, al principio los resultados no fueron precisamente espectaculares, pero con el tiempo la región comenzó a cambiar.
«Actualmente», dice monseñor Taban, «es una zona pacífica… Puedes conducir 300 kilómetros de Boma a Kapoeta. Puedes incluso viajar de noche. No lo creerías. Puedes vivir sin estar pensando en la seguridad. De noche puedes andar por el campo sin pensar en peligros. A muchos les cuesta imaginar que haya un lugar así en Sudán del Sur».
Monseñor Taban ya llevaba muchos años trabajando por la paz y la reconciliación antes de comenzar con el proyecto de Kuron, fundando el Consejo de Iglesias de Sudán del Sur, en 1989, que ha actuado como mediador en las negociaciones de paz. Ahora el obispo, con 81 años, se mantiene sano con un ejercicio regular y una dieta vegetariana y vive en una pequeña cabaña en el Kuron Peace Village, el lugar donde su sueño comenzó.
Además, el obispo sursudanés ha decidido asistir a la ceremonia de entrega del reconocimiento, en Inglaterra. La razón para hacerlo: «He de decir al mundo que algo bueno está teniendo lugar en Sudán del Sur. No como siempre que se haba de guerra y muerte y cosas negativas. Sudán del Sur tiene algo positivo. Tenemos un oasis de paz en Kuron».