Este jueves 6 de julio, a las 15:30 horas, partía hacia Picota, en la Prelatura de Moyobamba, Perú, el primer grupo de misioneros formado por el sacerdote Miguel Varona, párroco de San Pelagio Mártir de Córdoba, y nueve laicos.
Antes de partir se celebró una Eucaristía en la delegación diocesana de Misiones presidida por el delegado de misiones, Antonio Evans, y concelebrada por Miguel Varona. En la homilía, el delegado de Misiones se dirigió a este grupo que va a vivir una experiencia misionera durante algo más de un mes, recordándoles que «el mejor regalo que podéis llevar es a Cristo».
Próximamente saldrán otros dos grupos más. El segundo grupo estará formado por diez monitores de la parroquia de Cristo Rey y Nuestra Señora del Valle de Córdoba, con edades comprendidas entre 17 y 24 años, que irán guiados por el sacerdote José María Muñoz. El tercer grupo, lo formarán un total de diez seminaristas que irán acompañados por el Rector del Seminario, Antonio Prieto.
Desde hace varios años, la diócesis de Córdoba se encuentra vinculada a tierras peruanas, concretamente, a la misión de Picota, donde dos sacerdotes cordobeses y unas religiosas obreras llevan a cabo una gran actividad pastoral y humanitaria.
Es por este motivo que el objetivo de esta misión no es otro que ayudar a personas necesitadas de la región y conocer la labor de los misioneros en esta zona peruana. Además les ayudarán en diversas tareas, en la medida de sus posibilidades, porque es mucho lo que hay que hacer en aquellas tierras: visitar enfermos, escuelas de apoyo, botiquín, organizar ropa y material escolar llegado de España, visitar poblados en donde se imparten los sacramentos (bautismos, eucaristías, matrimonios, confesión, etc.).