El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidirá mañana, sábado la festividad litúrgica de la fundadora de la congregación de las Esclavas de María Inmaculada, la beata valenciana Juana María Condesa Lluch (Valencia, 1862 – 1916), coincidiendo con la celebración del primer centenario de su fallecimiento.
El purpurado oficiará una eucaristía, a las 19 horas, en su Casa General, en la calle Balmes, 27, de la capital valenciana, en honor a la beata que además ha sido propuesta por la congregación que fundó para ser reconocida como “santa patrona de la seda”, en referencia al sector laboral a cuyas trabajadoras más desamparadas protegió y ayudó.
En la celebración participarán, junto con las religiosas, las mujeres atendidas en la residencia ‘Juana María’, regida por la congregación en Valencia, así como amigos, antiguas residentes y profesores del colegio Esclavas de María, según han indicado fuentes de la congregación en Valencia.
La propuesta del patronazgo de la beata como “patrona de la seda” ha partido de la superiora general de las Esclavas de María Inmaculada, a través de su superiora general, María Mato, después de que el Consejo de Ministros acordara el pasado mes de diciembre designar a Valencia “Ciudad de la Seda 2016”.
Asimismo, hoy, viernes, a las 19 horas, las religiosas inaugurarán la exposición “Desde Velluters, por ellas y para ellas” que muestra fotografías, vídeos y objetos para recrear un recorrido histórico sobre la historia de la congregación y todas sus fundaciones. En el mismo acto se inaugurarán también las nuevas vidrieras de la capilla de la Casa General que representan motivos relacionados con la fundadora como la Eucaristía, el Sagrado Corazón o la mujer trabajadora, entre otros.
Acogida de obreras
Juana María Condesa Lluch nació en Valencia en 1862 y desde que, con 18 años, vio a mujeres obreras sin recursos saliendo de industrias en condiciones inhumanas, la mayoría trabajadoras de la seda, entendió que «su misión era acoger en un hogar lo que otros dejaban en la calle». Tras superar numerosas dificultades abrió una casa de acogida para mujeres obreras «en la que ofrecer condiciones dignas para poder vivir, así como formación humana y cristiana y una escuela para los hijos de las obreras»”.
Con este carisma fundó en 1884 la congregación de las Esclavas de María Inmaculada e Hijas de Santa Teresa, conocidas entonces como «protectoras de las obreras». Juana María Condesa falleció el 16 de enero de 1916 y sus restos mortales reposan en la Casa Generalicia en Valencia. Fue beatificada por san Juan Pablo II en 2003.
La congregación, en Valencia y en el mundo
Las religiosas rigen en Valencia la residencia “Juana María” desde la fundación de la congregación, cuando fue «creada para la atención humana, espiritual y formativa de mujeres obreras sin recursos bajo el carisma de la fundadora». Actualmente, acoge a 45 mujeres que reciben formación básica y apoyo de trabajadoras sociales.
También cuentan en Valencia con un grupo de voluntarios que ofrece clases de español y sobre costumbres españolas y valencianas a inmigrantes, en gran parte de países del Este y subsaharianos, y talleres de inserción socio laboral con asesoramiento para buscar empleo.
Por otro lado, las religiosas rigen en Valencia el colegio Esclavas de María Inmaculada, que cuenta con cerca de 1.200 alumnos que cursan desde Infantil hasta Bachillerato.
En la actualidad, la congregación está presente en ocho ciudades en España y en otros cinco países: Italia, Chile, Panamá, Perú y Guatemala.