Monseñor Enrique Benavent, obispo de Tortosa, y el delegado de Misiones de la diócesis, Antonio Borrás, se encuentran estos días en la República Dominicana visitando a los misioneros diocesanos, el matrimonio María Palau y Roger Marco, de OCASHA-Cristianos con el Sur.
Maria y Roger están ya en su tercer año de compromiso misionero, a cargo de un proyecto educativo y vocacional del Obispado de San Juan de la Maguana, situado en las Lomas de Sabaneta.
Siempre abiertos a la acogida, a través de ellos este verano OCASHA-Ccs ha realizado una experiencia de voluntariado de corta estancia. Tres jóvenes han podido conocer y participar del trabajo de los laicos en misión Ad gentes, según informa desde OCASHA, María Asunción Melero.
Roger Marco y María Palau llevan casados tres años. Roger Marco, nacido en la localidad de Sant Vicenç dels Horts (obispado de Sant Feliu de Llobregat), es arquitecto técnico. Maria Palau es de Benicarló (obispado de Tortosa), estudió Psicología y Ciencias Religiosas. Los dos han estado muy vinculados a la pastoral juvenil de sus diócesis y, después de unos meses de preparación y discernimiento en la asociación OCASHA - Cristianos con el Sur, marcharon en febrero de 2014 a la República Dominicana, en concreto al obispado de San Juan de la Maguana. Creyentes desde hace años, no se habían planteado nunca la vocación misionera, pero fue dentro de su relación de pareja que comenzó a ganar fuerza esta inquietud.
La misión donde trabajan María y Roger está en el interior de la República Dominicana y cerca de Haití. Allí hay una escuela-internado que acoge a los adolescentes de las comunidades dispersas por las montañas. «Nuestra tarea se centrará allí en su educación integral y en la visita y acompañamiento pastoral de los poblados de esta zona donde residen las familias de los jóvenes internos. Es un proyecto muy atractivo que se mueve entre la juventud, la familia y el ámbito social», contaban antes de iniciar su primera experiencia en misión.