El cubano Gustavo Andújar, presidente de la Asociación Católica Mundial por la Comunicación (SIGNIS) y director del Centro Cultural Padre Félix Valera (La Habana), ha intervenido en el marco de la XVIII edición del Congreso Católicos y Vida Pública, organizada por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Y lo ha hecho reclamado que la acción de la Iglesia cubana deje de ser analizada conforme a un «filtro ideológico» que es totalmente ajeno a su esencia. A su parecer, la Iglesia de Cuba es enjuiciada en un contexto de polarización, y así, mientras el régimen continúa recelando de ella, los sectores contrarios a éste le reclaman que ejerza un papel de franca oposición que no le corresponde, según ha explicado.
Frente a quienes acusan a la Iglesia de «complicidad» con el poder en la isla, Andújar ha argumentado que la función de ésta no es la de ser el «partido de la oposición», sino la de ir paulatina y calladamente «ampliando espacios de expresión plural y diversa». Una opción «menos vocal» de lo que los críticos reclaman, pero «más eficaz», ha sostenido.
De hecho, ha descrito cómo el centro cultural que dirige, perteneciente al arzobispado de La Habana, o la revista Espacio Laical se han convertido en puntos de confluencia para el debate abierto y diverso. «Hoy vivimos una luna de miel con la intelectualidad porque ofrecemos espacios de libertad en los que todos pueden decir lo que quieran». Esto no quiere decir que la tarea sea sencilla, «en Cuba nada lo es», pero sí que la relación con las autoridades es algo más relajada que hace unas décadas y que se pueden conseguir cosas «con paciencia y contando con la buena voluntad de la gente».
Andújar ha defendido el talante abierto del arzobispado de La Habana, pues está avalado por resultados positivos como los resultantes del proceso de diálogo establecido con el Gobierno durante el año 2010, que se sustanció en la excarcelación de decenas de presos políticos.
Asimismo, el presidente de Signis ha reivindicado el catolicismo como algo propiamente cubano y muy arraigado en la esencia de la sociedad de este país caribeño. «Cuba es, independientemente de la propaganda ateísta, un país creyente». «La Iglesia católica –ha añadido- es respetada en nuestro pueblo no sólo por sus valores sino también por ser depositario de lo sagrado».
El ponente ha sido presentado por el exdiputado del PP, Javier Puente, que ha subrayado la importancia de que los católicos participen también en el terreno de la política al objeto de evitar que «impere lo fácil, el dejarse llevar por la corriente, el todo vale, el renunciar a los principios por cuatro votos». Además, ha insistido Puente, los católicos «lo tenemos fácil, pues tenemos mil argumentos para defender nuestros hechos».
El Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, quiere propiciar un marco de encuentro y reflexión para cuantos católicos se hayan interesados en conseguir que la luz del Evangelio ilumine todos los aspectos de la vida, tanto en sus dimensiones personal como social.