El pasado 6 de agosto falleció en Valencia el sacerdote jesuita P. Vicente Alcalá Colombrí, fundador y promotor del Centro Médico Psicológico de la CONFER desde 1960 hasta 2000.
Vicente Alcalá ingresó en la Compañía de Jesús en 1947, siendo ya médico especialista en cirugía, y ya como religioso decidió dedicarse por entero a la atención psicológica y psiquiátrica. Junto con un equipo integrado por laicos y religiosos, la experiencia del Centro Médico Psicológico de la CONFER fue extendiéndose, por iniciativa del padre Alcalá, a otras ciudades españolas, y se empezó celebrar el encuentro anual de centros para compartir conocimientos, vivencias y nuevas formas de servicio a la comunidad religiosa.
Fue miembro y asiduo participante de la Asociación Católica Internacional de Estudios Médico-Psicológicos (ACIEMP) desde sus inicios.
En sus últimos años, ya en su Valencia natal, se dedicó a los cuidados de enfermería y a recibir visitas y ofrecer su buen consejo a quien lo necesitara. La CONFER guarda memoria agradecida del padre Alcalá por su servicio a la vida religiosa y quiere compartirla a través de las palabras del actual director del Centro Médico Psicológico, José Luis Martínez, OSA:
«Tuve la dicha de conocer al P. Vicente Alcalá en sus últimos años en el Centro Médico Psicológico de la CONFER, del que había sido su fundador, y permanecer con él durante dos años aprendiendo de sus extraordinarias dotes como persona, profesional de la salud mental y como religioso.
Mediatizado por su alta figura, aparecía con semblante amable y gestos de cercanía como quien está habituado a aproximarse a la gente. Siempre con su bata blanca que revelaba su ocupación de médico-psiquiatra y le disponía para atender a cuantos necesitados de ayuda se le presentasen. Él a un lado de la mesa y el paciente al otro y así durante décadas, escuchando, orientando, prescribiendo a multitud de religiosos y religiosas.
Le recuerdo como un hombre tranquilo, sencillo en su apariencia exterior, buen comunicador y locuaz en la conversación, dialogante y respetuoso con la diversidad, alegre y apreciador de las buenas cosas de la vida, abierto a las novedades y posibles cambios, colaborador y excelente compañero de trabajo para nada autoritario, con una visión de Iglesia muy del Concilio y una idea de vida religiosa que apostaba por la renovación en profundidad, desde la libertad y la responsabilidad, en el seguimiento fiel de Jesús. Confiaba en la naturaleza humana y en su capacidad para superar y superarse, se evidenciaban sus principios evangélicos, se le notaba su ser jesuita.
Los profesionales que trabajábamos en el Centro nos solíamos reunir en su despacho en la reunión clínica semanal conformando una hora estupenda pues su talante positivo, conocimientos y experiencia quedaban manifiestos y nos enriquecía a todos.
El P. Alcalá ha dado una contribución única erigiendo el Centro Médico Psicológico de la Confer, impulsándolo con su buen hacer y ejemplo y ayudando a cientos de personas en sus problemas existenciales, vocacionales y mentales. Ha sido el buen servidor, un instrumento en las manos del Señor para mucha gente».