Una veintena de jóvenes de la diócesis de Getafe visitó durante el mes de agosto la zona de Cunco, perteneciente a la diócesis de Villarrica, Chile, donde está el sacerdote diocesano Pablo Fernández Martos.
Alguno de estos jóvenes han destacado de esta experiencia «la hospitalidad de la gente de Cunco; su fe, que permanece a pesar de las dificultades, y el cambio: el antes y el después de nuestra llegada. Al principio era un pueblo triste, sin niños en sus parques, y, al irnos, dejamos atrás sonrisas abundantes en sus caras, un pueblo feliz».
Por otro lado, otros cinco jóvenes de la misma diócesis de Getafe, junto con un seminarista, el rector del Seminario Mayor, Carlos Díaz, y el párroco de San Fortunato, Fernando Redondo, han estado durante un mes de misión en Brasil. Partieron hacia el vicariato amazónico de Lábrea el pasado 30 de junio para vivir una experiencia misionera que se prolongó durante un mes entero. Fueron acogidos en casa del obispo de Lábrea, Mons. Santiago Sánchez. Junto a él pudieron experimentar el poder de la oración en la liturgia de las horas, en la misa en la catedral y la comunión con los diez sacerdotes de la prelatura.
Según explican han conocido el trabajo de los agustinos recoletos y de los hermanos maristas que desarrollan allí su labor misionera en colegios y comunidades, con la ayuda de muchísimos laicos muy comprometidos que colaboran en la Eucaristía, en la Palabra, visitando a los enfermos o como catequistas.
Las dos primeras semanas estuvieron conociendo las distintas comunidades de la ciudad. La tercera la pasaron visitando territorios a los que se llega en coche, y la última la destinaron a los más alejados, aquéllos que están a una distancia de dos días de travesía en barco.