Este fin de semana, muchos colegios y parroquias de la diócesis de Tenerife participan en la celebración de la tradicional actividad de Sembradores de Estrellas. Se trata de una iniciativa promovida desde la delegación de Misiones que tiene como fin felicitar la Navidad en nombre de los misioneros. De esta forma, los niños también se «involucran», convirtiéndose en pequeños misioneros.
Concretamente, el sábado 17 de diciembre los niños de catequesis de La Laguna y Santa Cruz salen a las calles junto a padres, catequistas y sacerdotes, a sembrar la alegría del Evangelio.
En La Laguna están convocados a las 10:00 horas en dos lugares: en la iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción y en la Plaza del Adelantado. Allí tendrán la celebración de envío y luego irán por varias calles cantando villancicos y repartiendo «estrellitas» a todas las personas que se encuentren en su paso. Se concentrarán en la catedral de La Laguna, y allí concluirán el acto y bendecirán los belenes de aquellos que los lleven.
En la capital de la isla, el formato es parecido. Los niños saldrán de sus parroquias con la celebración del envío a partir de las 10:00 horas. Después de felicitar en nombre de los misioneros la Navidad, se concentrarán en la parroquia de El Pilar, junto a la Luz de la Paz de Belén llegada la tarde anterior, a las 11:30 horas, donde habrá una representación festiva del Nacimiento del Señor.
«El signo de la estrella es el querer llevar un poco de luz a esas personas que no conocen el Evangelio, que conociéndolo se han olvidado, o que les falta reavivar la alegría. Cristo, la luz del mundo, se hace hombre, se encarna. Y lo hace para darnos su luz, aquella que puede iluminar cualquier noche oscura. Esa luz alegre es la que quieren transmitir los niños de catequesis», explican desde la delegación de misiones de Tenerife.
En España participan en esta actividad previa a la Navidad cerca de 100.000 niños. Salen por las calles de sus pueblos, barrios o ciudades a regalar estrellas a las personas que pasean en vísperas de Navidad sin pedir a cambio nada. Cantan villancicos, sonríen y regalan una estrella en nombre de los misioneros.