Mañana, martes 23 de mayo, Blanca Serres presenta en Tarragona su libro ¿Qué dirían tus ojos?, basado en su experiencia misionera en Honduras. La presentación tendrá lugar en el transcurso de la celebración del IV Diálogo Misión-Cooperación que se llevará a cabo, a partir de las 19:30 horas en el Centro Tarraconense El Seminari.
Blanca Serres, nacida en Sant Pere i Sant Pau, Tarragona, en 1985, es una joven que ha llevado a cabo experiencias misioneras durante dos veranos en Honduras, una vivencia personal que recoge en este libro, cuyos beneficios serán destinados a sostener diferentes proyectos educativos en lugares de misión.
En una entrevista realizada por el arzobispado de Tarragona, Blanca explica que el motivo de escribir el libro fue la necesidad de contar todo lo que ha vivido. Quería dejar constancia de los buenos recuerdos, las sensaciones, emociones, los ideales, recordar a las personas que ha conocido.
«Este libro no es la realidad absoluta de nada, porque se trata de una mirada muy personal. Ha sido un proceso lento porque quería trasladar emoción y vivencia, aunque no pueda estar al lado de cada lector para aclararle cualquier duda. Dibujar paisajes y personas con la palabra, o hacer que se intuya una emoción o una inquietud no es nada fácil. Las personas que aparecen en el libro merecen un retrato digno y, para mí, ha sido todo un reto», cuenta esta joven de Tarragona.
En el libro recuerda a doce personas «excepcionales» que conocerlas «invita a ser mejores, a aceptarnos como somos, a aprender del dolor y el sufrimiento… pero sobre todo nos invita a marcarnos un objetivo como cristianos», explica Blanca.
Cuenta además que esta experiencia «ha sido un regalo. Tanto por las personas que ha conocido como por las que le esperaban a la vuelta. Las que me han animado a escribir el libro, las que han leído con paciencia todas las páginas…».
Sobre si ha cambiado su vida después de esta experiencia en misión, Blanca responde que «he aprendido a callar, a escuchar, a observar. Me he sentido vulnerable en muchos aspectos. Y eso me ha ayudado a trabajar la humildad, la paciencia, la confianza en los demás. A entender que es lo que no me gusta de mí y cómo puedo cambiarlo. Estoy trabajando en ello. También me ha ayudado a entender qué es lo que me gusta y lo que no de este mundo de este mundo. Que lo que ven mis ojos es un don de Dios: para trabajar para cambiarlo y para agradecerlo con entusiasmo. Pero siempre contando con los demás, porque para el cristiano todos somos imprescindibles».