En la noche del 30 de junio y 1 de julio los habitantes de Roma fueron sorprendidos con la aparición de carteles blasfemos contra la Virgen María y Jesús en diversas paradas de autobús, generando el rechazo de la opinión pública y de autoridades.
Los carteles aparecieron en la plaza Sonnino, Trastevere, Testaccio, San Giovanni, entre otros.
El hecho generó escándalo y la opinión pública criticó a la empresa municipal ATAC por ser responsable del transporte público y de los paraderos en la capital italiana.
«Las publicidades aparecidas hoy en algunas vallas gestionadas por la administración del transporte romano resultan altamente ofensivas hacia millones de personas y de carácter completamente blasfemo», expresó el consejero comunal Maurizio Politi.
«Es inaceptable que en la capital de Italia y de la cristiandad se consientan tales acciones», añadió.
Inmediatamente la entidad pública señaló en su cuenta de Facebook que «se trata obviamente de un acto vandálico». Sin embargo, señaló que «ninguna autorización fue concedida por ATAC, ni podía ser concedida por tratarse de espacios en plena disponibilidad, en base a un contrato vigente desde hace muchos años, de la sociedad Clear Channel», una empresa publicitaria.
ATAC señaló que «la misma sociedad Clear Channel ya ha procedido a presentar una denuncia a la autoridad judicial mientras todas las unidades (paneles) donde aparecieron esos escritos blasfemos han sido oscurecidos, fotografiados como prueba y quitados».