Desde hace años la Iglesia, los misioneros y líderes indígenas vienen denunciando las actividades mineras en zonas de la selva del Perú. Ha habido protestas y enfrentamientos y falta de diálogo por parte del gobierno de la nación.
Fray Pablo Zabala Martínez es un misionero dominico español, encargado de la Misión de Boca Colorado, Provincia Manu, Departamento de Madre de Dios. Además de sacerdote y misionero es biólogo. El gobierno del país acaba de declarar, con un decreto, una emergencia sanitaria en el departamento donde está su misión. Esta es la respuesta de fray Pablo:
«Ante el último Decreto Supremo de este 23 de mayo de 2016 en que nuestro Gobierno declara a todo nuestro Departamento de Madre de Dios ‘En estado de emergencia’ por contaminación de mercurio durante los dos meses que le quedan de vida a este Gobierno de Ollanta Humala, las autoridades de nuestra Región han querido manifestar su rechazo unánime a dicho Decreto ya que:
1.- En todo el año no se ha registrado ningún enfermo por mercurio.
2.- El Gobierno se apoya en estudios de universidades extranjeras que vienen de paso, sin contar con los estudios peruanos, ni conocer las características de nuestra gente, sus niveles de tolerancia, costumbres alimenticias...
3.- Todo apunta a querer demonizar, una vez más, la actividad minera, crucial en nuestra zona.
4.- Pero afecta también a toda otra actividad, agrícola, pesquera, castañera... incluso al turismo declarando inviable la vida en Madre de Dios.
5.- No se puede negar que Lima está mucho más contaminada, incluso de mercurio, que nuestra selva. ¿Por qué no la bombardean?, ¿Por qué no la declaran insana?
6.- Pareciera que lo que se pretende es expulsar a nuestra gente de su tierra para entregarla a las grandes compañías transnacionales que van a contaminar aún más nuestra selva impunemente. De momento lo van consiguiendo.
Por eso sugiero insumisión a todas nuestras instituciones, Gobierno Regional, Municipios, Policía, Ejército, Ministerios Públicos... hacer caso omiso al Decreto de Emergencia y dejar que muera en paz el Gobierno actual y resistir hasta esperar las orientaciones del nuevo Gobierno.
De lo contrario me temo una reacción violenta de nuestro pueblo ya demasiado humillado y castigado, lo que Dios no permita».