El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso publicó este domingo la declaración final de la Conferencia Internacional Buscar la verdad juntos: diálogo entre cristianos y taoístas que se celebró del 15 al 16 de octubre en el templo Baoan de Taipei. La declaración ha sido firmada por el secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y el presidente de la Fundación del templo Baoan de Taipei.
Por la gracia y la providencia de Dios –anuncia el documento– los líderes, estudiosos y fieles cristianos y taoístas, se han encontrado en una reunión histórica celebrada en el templo Baoan de Taipei del 15 al 16 de octubre de 2016 cuyo tema ha sido Buscar la verdad juntos: diálogo entre cristianos y taoístas. La conferencia ha concretado la «decisión de un diálogo» que involucre al Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, a la Iglesia Católica local de Taiwán, al templo taoísta Baoan, a la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC) y al Consejo Mundial de Iglesias (CMI).
Animados por «el éxito de este encuentro», se comprometen a compartir el fruto del diálogo. En primer lugar expresan «profundo respeto por la tradición del otro» y se ponen de acuerdo para «entablar un diálogo sincero a nivel local, nacional e internacional».
En segundo lugar, hacen hincapié en «la necesidad de buscar la verdad juntos para una comprensión más profunda», para el «enriquecimiento y la cooperación mutuos» especialmente a través de un «servicio compasivo sin distinciones».
Asimismo, reconocen que «los desafíos a los que el mundo se enfrenta están ligados a la globalización, la migración, las tensiones religiosas e interculturales y el ascenso del fundamentalismo». Por otro lado, esperan que «los cristianos y los taoístas que se unen para el diálogo se conviertan en un faro de luz para nuestro mundo desgarrado por las guerras, el odio, la sospecha y el miedo».
También han concordado «enfrentar juntos los desafíos de la secularización, la crisis ecológica y el flagelo de la indiferencia». Subrayan la importancia de «educar a los niños y niñas» a respetar y apreciar «su propia cultura y patrimonio, así como los de los demás».
Finalmente, se comprometen a promover y defender «los valores universales» como «la justicia, la paz, la unidad, la fraternidad, la libertad y la armonía religiosa».
Los firmantes expresan su agradecimiento «al comité organizador de la Conferencia por haber creado un ambiente agradable y por la cálida hospitalidad que ha caracterizado la reunión». Igualmente se muestran agradecidos a las autoridades de la República de China (Taiwán), al Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad Católica Fu Jen y a los creyentes cristianos y taoístas locales «por su generoso apoyo para que la conferencia tuviera éxito».