Las agustinas recoletas de México han fundado dos nuevos monasterios: el monasterio de Lomas de Tecamachalco que ya tiene permiso para erigir un nuevo convento en Pozos de Santa Ana, Costa Rica; y el de Macuxtepetla (Huejutla) que ha colocado ya la primera piedra del de Tepeyahualco, en Zempoala (Hidalgo).
Según informan los agustinos recoletos, esta noticia muestra el momento de pujanza que viven las monjas agustinas recoletas de México: los 13 monasterios recoletos de este país están dando origen a estas dos fundaciones, una en Costa Rica y la otra dentro de la propia república mexicana, en el estado de Hidalgo. En palabras de las propias hermanas, el motivo y significado de esta expansión es la necesidad que sienten de «que las monjas agustinas recoletas contemplativas también seamos transmisoras de nuestro carisma y espiritualidad en donde la Iglesia nos necesite, pues somos conscientes de que la Iglesia es contemplativa y es preciso dar a conocer al mundo esta dimensión».
La fundación de Costa Rica, informan, era un proyecto ya antiguo, aunque hasta ahora no había llegado a cuajar. En el organigrama de la Orden, México y Costa Rica forman una unidad, y no era difícil que las agustinas recoletas salieran de su solar mexicano, donde se habían implantado en el lejano 1688 y donde radican 13 de los 16 monasterios suyos. Por fin, esta vez la fundación se ha puesto en marcha. De ella se encargará el monasterio del Sagrado Corazón de Jesús de Lomas de Tecamachalco, en el municipio de Naucalpan de Juárez, aledaño a la Ciudad de México. Con fecha de 1 de marzo de 2016, la Sagrada Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica aprobaba la nueva fundación, a la que pasarán las 10 hermanas citadas por su nombre en la solicitud elevada. Por el momento, el convento costarricense dependerá en todo del monasterio madre de Lomas. «Cuando se reúnan los requisitos exigidos por el derecho común y propio, especialmente la construcción del monasterio completada, la clausura, el mantenimiento y la asistencia espiritual de las monjas» habrá que recurrir de nuevo a la Congregación «para obtener la facultad de erigir canónicamente el nuevo monasterio», que a partir de ese momento será independiente.