El Papa salió a las 7:20 horas de este viernes de la Nunciatura apostólica de Bogotá para dirigirse a la base aérea militar de CATAM en la Capital, donde saludó a 400 veteranos de guerra, militares, policías, personal de defensa y al obispo castrense del Ordinariato Militar, monseñor Fabio Suescun Mutis, junto a los capellanes castrenses.
Monseñor Fabio Suescun saludó al Papa y le presentó a los allí presentes: «Estos hombres y mujeres que creen en Jesús y aman a la Virgen, con espíritu cristiano han entregado sus vidas y sacrificado aún su integridad personal para garantizar la seguridad y el libre ordenamiento democrático de nuestra patria», dijo.
El papa Francisco agradeció a los soldados y policías de Colombia «lo que han hecho y lo que hacen por la paz», «es lo que hizo Jesús, puso en juego su vida y la entregó». El Santo Padre agradeció también «todo lo que hacen, lo que han hecho y lo que seguirán haciendo» durante su visita.
El Papa les dijo a los soldados que esto los hermana más a Jesús y se lo agradeció de todo corazón.
«Gracias y ojalá que puedan ver consolidada la paz en este país, que se lo merece», concluyó el Papa. Y a continuación, les invitó a rezar todos juntos en silencio «por todos los caídos y por todos los que quedaron heridos, algunos están aquí entre nosotros».
Tras rezar unos minutos en silencio y el Ave María con el Papa, los soldados y policías con sus familias se acercaron a saludar al Santo Padre, también el ministro de Defensa, los comandantes de las distintas fuerzas y los capellanes castrenses.
Desde la base aérea militar de CATAM, el Papa partió a las 8:30 horas hacia Villavicencio, donde beatificó a dos víctimas del conflicto: monseñor Jaramillo y del padre Pedro Ramírez Ramos.