«Miren adelante siempre, lo que están viviendo es un paso en el camino de la vida para poder vivir después mejor». Estas fueron las palabras de ánimo que el Papa Francisco dirigió en la tarde del 26 de octubre a algunos niños víctimas del terremoto que el pasado mes de septiembre golpeó México causando numerosas víctimas, heridos y daños materiales.
El Santo Padre, en un encuentro organizado en Roma por la fundación Scholas Occurrentes, dialogó con ellos a través de videoconferencia.
El primero en hablar con él fue Joaquín, de 8 años, de la localidad de Morelos y obligado a vivir en un albergue porque su familia ha perdido su casa a causa del terremoto. Luego le habló Teresa, de 10 años, quien le mostró un dibujo que realizó tras su experiencia en el sismo.
Pero junto al pequeño, decenas de otros niños siguieron al Pontífice a través de una pantalla gigante colocada en el refugio y le mostraron un mural en el cual plasmaron las imágenes que revelan sus sentimientos.
Francisco les invitó también a «construir la libertad, la paz, la armonía y todas esas ilusiones que ustedes tienen dentro».
En el encuentro, el Papa Francisco se dirigió a jóvenes de diversas edades de México, Argentina, Paraguay y Puerto Rico para hablarles de drogas, inmigración, el cuidado del medioambiente o la problemática del suicidio