La visita del Papa Francisco a Egipto podría producirse pronto. Así se desprende de las declaraciones que monseñor Emmanuele Bishay, obispo de Luxor, realizó a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI.
Los obispos de la Iglesia Patriarcal de Alejandría de los Coptos, en visita ad limina en Roma hace unos días, invitaron formalmente al Pontífice a viajar al país del Nilo durante la audiencia que les concedió el Santo Padre en el Vaticano.
Monseñor Emmanuele Bishay se mostró esperanzado de que la visita sí ocurra: «le hemos invitado a visitar Egipto. Se trata de una invitación formal, por escrito. Se trata de una invitación que sigue a la que llegó del presidente de la República, y también de Ahmed el-Tayeb, el Gran Imán de Al Azhar, y de nuestros obispos. Pero en esta ocasión se ha hecho una invitación más formal».
Durante la entrevista, el obispo explicó que las cosas están cambiando en Egipto, a pesar de los golpes de los terroristas yihadistas contra la convivencia.
Como ejemplo de este cambio y de esta mayor comprensión, monseñor Bishay citó la reciente ley que reduce la burocracia para la construcción de iglesias: «hace unos meses se aprobó la ley que regula la construcción de iglesias, la restauración de iglesias, el derecho a levantar lugares de cultos donde antes no había iglesias. Esperamos que esta ley se comprenda bien y se aplique».
El obispo de Luxor destacó el papel que la Iglesia en Egipto ejerce para garantizar la convivencia. Recordó que el país «está atravesando unos momentos difíciles, y la Iglesia ayuda a superar esos problemas». «Uno de estos problemas es el terrorismo», señaló.
«Los egipcios permanecen muy atentos, saben que el terrorismo quiere minar la unidad del país, quieren destruir la unidad con nuestros hermanos musulmanes. Atacar esta unidad significa tratar de crear problemas a nivel religioso. La Iglesia, por su parte, ha dado pruebas de equilibrio, de cautela: no se ha producido ninguna reacción contra la comunidad musulmana».
Además, destacó la buena disposición del Estado para garantizar la convivencia y respeto entre egipcios: «el Estado también comprende plenamente el problema. Las iglesias incendiadas han sido restauradas por el Estado, y por primera vez, un presidente ha pasado la noche de Navidad en una iglesia cristiana».
Por otro lado, recordó a los 21 coptos ortodoxos decapitados por yihadistas el 21 de febrero del año pasado en una playa de Libia. Señaló que «por una parte, hay una herida abierta no solo en la sociedad egipcia, sino en el mundo entero».
Se refirió también a la «guerra que vive de la instrumentalización de la religión: ¡No se puede matar en nombre de Dios, jamás! Por otra parte, la comunidad ha quedado impresionada al encontrar a tantas personas dispuestas a dar la vida por la fe. Su ejemplo nos ha dado valentía y fuerza a todos nosotros».
«En vez de crear divisiones en el pueblo, su mensaje ha creado una unidad mayor. No se habla de sangre cristiana derramada, sino de sangre egipcia derramada».
En cuanto al diálogo ecuménico, destacó que «hay aires muy positivos. El Patriarca Tawadros promueve mucho la unidad de los cristianos. En 2013, el Papa Tawadros pasó con el Papa Francisco una semana, y aquella visita supuso un momento de gran relevancia para el camino ecuménico».
«El encuentro se produjo el 10 de mayo, y ahora, cada 10 de mayo, hay una fiesta común entre ortodoxos y católicos. Se trata de un camino largo de hacer, pero en el fondo ya lo estamos realizando».
Traducido y adaptado por Miguel Pérez Pichel. Publicado originalmente en ACI Stampa