La ciudad italiana de Génova recibirá al Papa Francisco el próximo 27 de mayo. Será una breve visita pero con un programa muy intenso, siguiendo la línea de otras visitas papales a diferentes lugares de Italia.
La celebración de la Misa y la visita a un hospital pediátrico serán los actos centrales de una visita que también incluirá encuentros con jóvenes, refugiados, personas sin hogar, encarcelados, representantes del clero, seminaristas, religiosos y autoridades civiles.
Según el programa de la visita, publicado por la diócesis de Génova, el Santo Padre llegará al aeropuerto de Génova a las 8.15 de la mañana –hora de Italia– donde le esperará el arzobispo de Génova, cardenal Angelo Bagnasco, junto a las autoridades civiles.
Inmediatamente después, el Pontífice se trasladará a la fábrica siderúrgica Ilva, donde mantendrá un encuentro con los representantes del mundo del trabajo. A continuación, a las 10.00 a.m., Francisco se encontrará con los obispos, sacerdotes, seminaristas y religiosos de la región eclesiástica de Liguria en la catedral de Génova.
Al mediodía, el obispo de Roma saludará a los jóvenes genoveses en el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia y, posteriormente, almorzará en las dependencias del Santuario con pobres, refugiados, personas sin hogar y encarcelados.
A las 3.45 p.m., finalizado el almuerzo, el Papa visitará el hospital pediátrico Giannina Gaslini, donde dará una muestra de cariño y consuelo a los niños hospitalizados y, a las 5:30 p.m. presidirá la Misa en el área Feria del Mar, dando fin a la visita.
Esta será la cuarta ocasión que un Papa visite la ciudad de Génova, después de los viajes realizados por San Juan Pablo II en 1985 y 1990, y del realizado por Benedicto XVI en 2008.
En una carta publicada junto al programa de la visita, el Cardenal Bagnasco valoró la presencia del Santo Padre en Génova.
El cardenal mostró su esperanza de que «la visita del Papa pueda confirmarnos en la fe en Cristo y en el impulso misionero».
También invitó a prepararse «para recibir al Papa Francisco con esperanza e inquietud. Que estos eventos, que forman parte de la historia de la Arquidiócesis y de la ciudad, puedan ser semillas derramadas en el fecundo terreno genovés que traigan frutos de bien para todos».