La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) dirigió un mensaje a todos los católicos para que ejerzan el voto en las elecciones primarias a realizarse el próximo 12 de marzo y elijan sin ser coaccionados.
En las elecciones primarias se escogerán a los candidatos presidenciales de los partidos políticos de Honduras.
«La decisión de a quién elegir debe ser totalmente libre, no cabe aceptar coacción de ningún tipo: ni de ideas, ni de propaganda vacía y engañosa, ni de compra y venta de votos, o presiones de cualquier naturaleza. Nuestro voto no tiene precio. Esto es coherente con la libertad de los hijos de Dios que poseemos como don suyo: ‘Cristo nos ha liberado para ser libres’», detallaron los obispos en un extenso comunicado.
Los prelados pidieron a los ciudadanos «convencimiento» y «firme decisión» de que se está eligiendo para tener un país equitativo, respetuoso del derecho y justo.
También detallaron que el pueblo debe tener certeza sobre «la transparencia» en la conducta del candidato y del partido.
«La veracidad de sus propuestas será medida por la factibilidad de sus proyectos y la credibilidad de sus obras. Se debe ir desenmascarando la corrupción, la demagogia, el populismo y la manipulación, que son variantes de la mentira», manifestaron.
Asimismo, los obispos enfatizaron que al momento de ejercer el voto se debe «tener claridad acerca de lo que proponen los movimientos o corrientes que se dan en el seno de la mayoría de los partidos», pues deben ir «en coherencia» con los principios morales.
«Como cristianos no podemos actuar irresponsablemente: debemos participar en las elecciones», reafirmó la CEH.
«En este proceso electoral, nos comprometemos a fomentar el diálogo y el respeto entre todos, con nuestros agentes de pastoral y comunidades eclesiales, con la familia y con nuestros amigos, incluso con los que piensan diferente», añadieron.
Finalmente, los obispos pidieron que ante «la situación política del país y los enfrentamientos que propician las posturas políticas», no se provoque el rompimiento de «la comunión eclesial a la que el Señor nos ha llamado».
«Deseamos que, en medio de las realidades humanas, que nos unen unas veces y nos dividen otras, esté siempre el Padre de todos uniéndonos en una misma fe y una misma esperanza. Estos deseos de comunión y respeto mutuo los hacemos extensivo a toda la sociedad».
«Anhelamos el momento en el que todos los hondureños seamos una bendición de Dios unos para otros», concluyeron.