Este viernes 28 de octubre el Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor de Roma acogerá el Jubileo de la Misión. No se trata de un simple momento de celebración, sino de una jornada de fiesta y de encuentro, para reencender el «fuego de la misión» y lanzar un claro mensaje a las Iglesia locales de Italia para que se pongan en marcha hacia las periferias más extremas existencias y geográfica del mundo. «La jornada del Jubileo llega como complemento al camino realizado durante el mes dedicado a la misión y como prolongación de la Jornada Misionera Mundial del 23 de octubre», explica el director de las Obras Misionales Pontificias de Italia, Michele Autuoro, que, mañana por la mañana, será el encargado de inaugurar esta jornada jubilar. El programa prevé, después, una intervención del arzobispo de Bérgamo y presidente de la Comisión episcopal de Misiones italiana, monseñor Francesco Beschi, seguida de testimonios misioneros. Unos testimonios que abarcarán siete áreas temáticas: acoger, curar, liberar, proteger, reconciliar, socorrer y esperar. Tras la comida será el turno de la peregrinación jubilar con el paso por la Puerta Santa y la celebración de la Misa presidida por el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, Mons. Nunzio Galantino. Finalmente se confiará el «mandato» a los misioneros y misioneras que partirán en breve a la misión.
Este jubileo será también una oportunidad para hacer memoria del Centenario de la Pontificia Unión Misional, una de la cuatro Obras Misionales Pontificias, para lanzar de nuevo el mensaje de su fundador, el Beato padre Paolo Manna, en la perspectiva de una salida misionera renovada sin confines, según el mandato del Evangelio.
Los organizadores han querido recordar el mensaje del Papa para este DOMUND, que celebramos el pasado 23 de octubre: «El Jubileo extraordinario de la Misericordia, que la Iglesia está celebrando, ilumina también de modo especial la Jornada Mundial de las Misiones 2016: nos invita a ver la misión ad gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material».