Este pasado 27 de abril se cumplían 24 años desde que las Misiones Jesuíticas de Jesús de Tavarangüe y la Santísima Trinidad del Paraná fueran declaradas patrimonio cultural de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La misión jesuítica de la Santísima Trinidad del Paraná es la mejor conservada del Paraguay y la más extensa. Se encuentra ubicada en una colina a 28 kilómetros al noreste de Encarnación, en el distrito de Trinidad, en Itapúa.
La reducción fue fundada en 1706 y llegó a albergar a una población de 3.000 indígenas. La misión cuenta con el mayor templo construido entre todas las misiones jesuíticas.
La misión jesuítica guaraní de Jesús de Tavarangüe es otra de las que aún se conservan. Fundada en 1685 a orillas del Río Monday, el asentamiento tuvo que mudarse varias veces por la hostilidad de los brasileños, que la atacaban hasta quedar en su lugar actual, a 38 km de la ciudad de Encarnación.
En esta misión se comenzó a construir una de las iglesias más grandes de la época, que tuvo que abandonarse sin concluir por la expulsión de los jesuitas en 1768, por parte de Carlos III de España.
Además, estas dos Misiones, la Santísima Trinidad del Paraná y Jesús de Tavarangüe, junto a la Misión de San Cosme y San Damián, son sitios que por sus invalorables riquezas históricas y culturales, se erigen como importantes atractivos turísticos en el sur del Paraguay. Según la Secretaría Nacional de Turismo, Senatur, durante la Semana Santa de este año, las tres reducciones jesuíticas recibieron un total de 5.729 visitantes, lo que evidencia un aumento del 37% de visitantes a los sitios en relación al 2016.
La Senatur avanza en la creación de un circuito integrado de los más de 30 pueblos que poseen pasado jesuítico en Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay. Actualmente, la Ruta Jesuítica–Guaraní del Paraguay, que abarca a ocho reducciones jesuíticas, muestran el patrimonio tangible e intangible del legado de los guaraníes y los jesuitas. El circuito posee 15 patrimonios mundiales de la humanidad, que potencian como un destino insuperable de cara a los mercados regional e internacional. Además, el territorio contiene numerosos recursos turísticos de variada índole susceptibles de convertirse en producto y enriquecer la oferta global.