Hace seis años se Dalima se encontraba en la indigencia y embarazada de varios meses, en un pueblo del centro de la India. Ahora vive en un lugar seguro. Las Hermanas de la Adoración del Santísimo Sacramento la encontraron en un estado lamentable en una calle polvorienta del Estado de Chhattisgarh. «Tenía un aspecto horrible, desgreñada y con el pelo largo, envuelta en un sucio sari y la cara ennegrecida», explica la hermana Lissa María, recordando el día en que encontraron a Dalima.
La hermana contaba que Dalima había sido explotada sexualmente y estaba embarazada de siete meses. «No tenemos datos de quién explotaba a Dalima o por cuánto tiempo lo hizo». Las hermanas se la llevaron a su Ashirwad (la palabra hindi para bendición), el centro de rehabilitación para mujeres con problemas mentales, en la que sigue viviendo hoy.
Dalima dio a luz, aunque sufría de una grave enfermedad mental, y su bebé fue dado a un centro de adopción, cumpliendo todas las formalidades legales, cuenta la hermana María. Las monjas creen que Dalima debe tener unos treinta años. Hoy Dalima parece, actúa y habla como una persona normal, pero dice que es incapaz de recordar la mayor parte de su vida antes de su llegada al centro. Todavía no puede acordarse de sus padres, de dónde nació o de su nombre completo. Lo que es capaz de recordar es que viene de la zona de Kotpad, en el vecino estado de Odisha y que sus suegros la trataban mal. «Mi suegra me cogía del cuello y me maltrataba», explica. «Pero todavía no sé cómo abandoné mi hogar». A pesar de todo, Dalima es feliz cuando trabaja con las religiosas cocinando y en el huerto.
Una vez que una mujer ha recuperado su salud mental, las hermanas dicen que lo normal es que sigan siendo rechazadas por su familia. Champawali Joshi es uno de estos casos. La policía la trajo de las calles en el 2013 y, tras recibir cuidados en el centro, se recuperó. Joshi quiere volver con su familia pero ellos no la aceptan. Como cuenta la hermana Ancy Maria: «Es un problema habitual. El sueño de Joshi es difícil que se haga realidad, porque las familias indias pocas veces aceptan que vuelvan los enfermos mentales incluso cuando están curados».
Otra mujer en el centro, Damenti Patel, viene de una familia acomodada, dice la hermana María. El sobrino de Patel ha venido a visitarla en un par de ocasiones pero su familia quiere que siga en el centro a pesar de estar recuperada.
Según informa UCANews, Ashirwad Rehabilitation Center es un oasis de paz. Como Dalima, Joshi y Patel, hay actualmente 31 mujeres viviendo en el centro. «La mayoría de estas mujeres han sido explotadas sexualmente y han vivido como animales», dice la hermana Maria. El centro se creó en el 2008 tras ver a tantas mujeres, enfermas mentales, abandonadas para que murieran en los caminos y en otros lugares públicos, sin nadie que las cuidara. Hoy la policía, casi de modo automático, lleva al centro a todas las mujeres enfermas y abandonadas que encuentran, cuenta la oficial de policía Bibiana Hemrom, que está a cargo de las mujeres detenidas en el distrito de Baster. «Yo misma he llevado al centro al menos a 35 mujeres», dice, añadiendo que la policía carece de instalaciones adecuadas y las hermanas proporcionan unos cuidados excelentes. Y es que, como ella misma reconoce, «si estas mujeres no son admitidas en el centro, morirían en los caminos».