En la celebración del sacramento del matrimonio es Dios quien se une al sí de dos personas y, por lo tanto, tiene más valor que una unión civil, subrayó el obispo de Eichstätt (Alemania), monseñor Gregor Maria Hanke, en una Misa en la catedral local ante cerca de 1.000 matrimonios que llevan más de 50 años de casados.
«El matrimonio cristiano es una bendición de Dios que necesitan hombres y mujeres para complementarse entre sí en el amor mutuo y experimentar la riqueza de la condición humana», destacó el obispo el pasado 1 de julio.
Monseñor Hanke dijo a las parejas que la Iglesia está agradecida por la fidelidad de los matrimonios porque dan testimonio de Dios en los momentos buenos y malos de la vida. Además, aparte del amor que existe entre ellos como respuesta al amor de Dios, mutuamente llevan la responsabilidad de hacerse cargo del otro.
Más adelante, el prelado lamentó que la política actual está inclinada en reducir el matrimonio a un estado de mera responsabilidad entre dos personas que se juntan; lo que se hizo evidente en el debate público acerca del «matrimonio» homosexual, que finalmente fue aprobado el viernes 30 de junio por el gobierno alemán.
«Pero ¿por qué no es así con dos hermanos que se preocupan el uno al otro y viven en comunidad o de un hijo que está cuidando de un padre dependiente?», criticó el obispo de Eichstätt.
Finalmente, dijo que el matrimonio de acuerdo a la concepción de la Iglesia, recuerda siempre a los dignatarios que «Dios bendice la polaridad entre hombre y mujer».
«Cuando la presencia de Dios en el pacto matrimonial es palpable, ambos cónyuges deben recordarse ¡lo grandiosos que son! La Iglesia les dice hoy a quienes han venido aquí: Qué grandiosos son ustedes que están junto a Dios en el camino», concluyó.