La Casa Claret está en Santo Tomé y Príncipe, en la ciudad de Trinidade. Es un proyecto de la Procura de misiones claretianas de la Provincia portuguesa de esta congregación, coordinado por la voluntaria Isabel Rocha. En este momento funciona un taller de tiempo libre, una «escuelita Claret», que ayuda a 40 chiquillos diariamente a adquirir hábitos de estudio y da una pequeña merienda para completar las dificultades de alimentación en casa. También visitan plantaciones que están más aisladas, promueven actividades de tiempo libre con los niños, preparan celebraciones, dan catequesis y distribuyen donaciones, principalmente ropa en estas comunidades más aisladas.
Según explican los claretianos, para que todo esto sea posible, en esta isla del Atlántico Sur, cuentan en Portugal, «con la preciosa ayuda de voluntarios portugueses que trabajan diariamente en las delegaciones de la Procura portuguesa de las Misiones Claretianas con el procurador padre João Luís Escaleira Alves». Las Delegaciones se encuentran en Carvalhos, Lisboa, Agualva/Cacém y Tondela. Además de la preparación de ayuda para Santo Tomé, las delegaciones también promueven actividades de ayuda a los más desfavorecidos, visitan a los ancianos con el proyecto SEKULU (delegación de Carvalhos), apoyo a los sin-techo con la entrega de un plato caliente y ropas (delegaciones de Lisboa, Agualva/Cacém).
La preparación de ayuda a Santo Tomé consiste en la recogida de materiales como ropa, juegos, alimentos, leche y material escolar, el empaquetamiento y envío por barco, a fin de mejorar la vida de los que más lo necesitan. Se hacen también actividades para recogida de fondos.
Durante el año están programadas distribuciones en Navidad, Pascua y el Día del Niño. «Estos desplazamientos deben ser muy bien pensados y organizados porque estas fincas plantaciones están aisladas, la carestía es tan grande que a veces es difícil lidiar con la agresividad de quien nada tiene, y ve en la distribución una posibilidad de obtener algo de lo que necesita inmediatamente. Como seres humanos que son, tienen gustos diferentes, y por tanto es también difícil agradar a todas las personas totalmente. En estas visitas trabajamos con muchas personas y vemos reacciones diferentes ante nuestras ayudas, lo cierto es que ayudamos a más de 500 niños y cada día que pasa procuramos dar a conocer el verdadero espíritu de Claret. Es muy gratificante ver que todos los objetos entregados se usan y observamos que cada vez, más personas viene a nosotros pidiendo nuestro apoyo», explica Isabel Rocha, Coordinadora del Proyecto Casa Claret en Santo Tomé y Príncipe.